lunes, 31 de diciembre de 2018

Y sí, también soy peluda, y mis axilas rojas lo saben.


Yo soy fea, gorda y peluda. Y lo digo, no desde la falta de autoestima o problemas de identidad, sino desde la reivindicación de otras categorías estéticas. Ya mucho se hablan de los cánones de belleza impuesto, y del modo que cada una/o de nosotras se acomoda, aspira o desecha tales cánones. Como dice Nietzsche “lo feo como señal de agotamiento, de pesadez, senilidad, fatiga, falta de libertad” y por supuesto desde ahí, nadie quisiera ser visto como una persona fea, que además es síntoma de imperfección y desequilibrio, precisamente como antagonismo de la belleza (además siendo éste un ideal metafísico).

Por ello hablo desde la imperfección. Tengo 42 años y mi piel (aunque coma muy sano y rico sin dañar compas animales) ya no responde igual. Tengo estrías y un poco de celulitis, mi senos no son lozanos (que tanto importa a los estereotipos) ni mi cara totalmente equilibrada (mi ojo izquierdo es a veces vacacionista), nunca fui delgada y “tener pancita” no es un hit en un mundo gordofóbico o lipofóbico.

La fealdad ha sido siempre una categoría de la que nos enseñaron había que huir (sobre todo si somos mujeres), pero la fealdad tiene una paradoja que a mi me encanta: lo feo es lo anormal, es lo raro, lo abyecto, lo grotesco. ¿y cual es el problema con ello? Estoy consiente y alegremente comparto que no soy normal y me encanta la rareza. Soy muy seguidora de experimentar con todo lo que éticamente sea posible.

Como persona la fealdad es una reivindicación, que además le da a mi personalidad un toque de diferencia que me sienta bien. Lo importante entonces, es la reconciliación y autocuidado que cada una de nosotras nos demos. El regalo de saber vivir con nuestra cuerpa. 

Y sí, también soy peluda, y mis axilas rojas lo saben. Jejeej 😊
Saludos


¿Y cómo a que hora agarraremos conciencia?

Que bello aliciente es que le ayuden a una a lavarse el cabello con la jicara necesaria y con el masaje pertinente. Vivo una historia de afectos bien bonita. El asunto es que no es hoy el primer día que lo hace o lo hacemos, pues independientemente que le apostamos al cuidado mutuo, donde vivo, desde el terremoto del año pasado el suministro de agua, bajó considerablemente y hemos tenido meses muy duros.
Preparar alimentos, lavar ropa, mantener el aseo básico ha sido complicado y que no decir de la convivencia con nuestra manada animalera bastante demandante. Apenas llevábamos como mes y pedacito que ya veíamos con un poquito más de constancia a la señora agua y ¡zaz!
Por lo anterior no quiero decir que el momento actual ¡me la pela! O es casi nada a lo vivido, sino más bien la importancia de que nos caiga el veinte de que esto, es la tremenda promesa a un futuro que ya nos está esperando.
¿Cuál es nuestra convivencia cotidiana con el agua? ¿Cuál es nuestra relación con nuestros desechos, con la basura y con tantos y tantos que somos? ¿qué preguntas tenemos que hacernos en una ciudad que ya se desborda, no sólo en personas sino en problemas?
¿Y cómo a que hora agarraremos conciencia?
Por cierto, asumir una vida vegana es una de las decisiones éticas y políticas más contundentes a los momentos actuales, ya no sólo por compasión o justicia, sino especistamente hablando, por urgencia de sobrevivencia humana.

Soy una gorda que a través del accionar político del hedonismo

Ser vegana en términos alimenticios, ha sido muy difícil para mi. Soy una gorda que a través del accionar político del hedonismo, gusta de los placeres de la comida. Soy muy dulcera, antojosa, me encantan los diferentes sabores, y me erotiza profundamente las sensaciones diversas que mi paladar experimenta. Sin embargo es falaz y faccioso apelar a que la "carne, leche, queso etc" son tan "ricos", que por eso no "podemos" dejarlo. ¿dónde quedó la fabulosa creatividad humana? Realmente y si de fondo lo pensamos, ¿es "sabroso" un cadáver, es "antojable" la explotación producto de la violación?
Y sí, otra de las enseñanzas de la necrópolitica es precisamente pensarnos desde la naturalización, normalización de la violencia. Por ello, tristemente no me sorprende el celular de los diputados siendo el visor del dolor, de la desgarradura de la compañera diputada que se entera de que su hija ha sido asesinada. ¿Sino queremos ser empatícos y por ende solidarios con los que nombramos semejantes, que podemos esperar cuando ese otro tiene cuatro patas o es de otra especie?
Ahorita muero de hambre, las delicias que me compartió Mariana Rdz ya se me terminaron (por favor contactenla, hace magia anticapitalista con la comida) y muy a la mexicana buscaré un puestito con alguna compa de manos fuertes que me prepare un sope con frijoles y ojalá champiñones, ¡ah! Y eso eso si, su buena dosis de salsita verde. Ya luego busco fruta y algo verde.
Ser vegana en términos alimentarios, ha sido muy difícil para mi. Y no me importa llamarlo coherencia, pero si convicción. Soy consciente de mis privilegios y no quiero andar por el mundo señalando a las personas por sus decisiones, pero solo no puedo dejar de sentir infinita tristeza ante la apatía, el deseo de quedarse en la zona de confort, de no quererse cuestionar.
Y ya me voy, que la estación Hidalgo está bien atascada. Les abrazo.

Sobre el destape del culo sucio de cientos de varones heterosexuales

Sobre el destape del culo sucio de cientos de varones heterosexuales:
Yo siempre en clase y en todo espacio público/privado, ante los temas del sexo anal, digo: si el compa quiere sexo anal contigo y si tu estas de acuerdo y el deseo se te desparrama, entonces vívelo con equidad, es decir, que sea de ida y vuelta (y esto puede ir desde un peging, un dedito o sólo unos besitos de esos que les dicen negros (aclaro que a mi el término no me gusta, pero los besitos sí)). Y así puedes darte cuenta por lo menos de dos cosas sencillas pero claves.
La primera, si se enoja, escandaliza, e incluso asume una actitud agresiva por el mero planteamiento (y esto es común) entonces por favor, replantea si realmente quieres estar con quien, por sólo una conversación o propuesta, piensa que se vulnera su “masculinidad”, lo quieres “convertir” en gay y otras patrañas desinformadas en la misma línea. Compañera querida, estas frente a un machin.
Y segundo, hablar de sexo anal, más sencillo aún, hablar de sexo, vivir relaciones eróticas, implica hablar y vivir la experiencia desde la confianza, y si esto es así, entnces hablemos de higiene con toda soltura. Ojo, si no tienes confianza para hablar con claridad de los temas que sean, con el varón con el que has decidido compartir salivas y sentires en tu cuerpo, entnces ... ¿segura que le quieres seguir?
Uno de los rostros horribles del patriarcado en términos de tiranía de la estética, es exigir a las mujeres, ciertos estándares que van desde los pelitos, los olores, y los modos de "acomodar" tu cuerpo para los actos eróticos. Los procesos de cada una son muy distintos y tienen que ver por supuesto, con la construcción de nuestra subjetividad, sin embargo, comenzar este proceso de recuperación de nuestro cuerpo/cuerpa implicará que no permitas de ningún modo que te vengan a imponer nadita en la vida, y por supuesto nadita en el acto erótico.
Que chulo y muestra latente de respeto es un cuerpo limpio, que tiene sabores y olores agradables al compartir. Ya ustedes tejeran los acuerdos y los modos de como disfrutarse, así que sin pena, dile que tenga cuidado con la gotita traicionera y con la sacudida de su pene a la hora de hacer "pipi" pues no vas a meter a tu boca suciedad. Que se lave las manos si es que, sus dedos quieren tocar por acá y por allá, y que sus axilas, su culo, su periné estén bien listos, por aquello o no de una chupada.
Hablemos del tema, lo personal también es político.
Pd. Come y pídele que coma mucha fruta, ¡ay ay! Hace que nuestro cuerpo, huela y sepa bien delicioso. 

¿Dónde la posibilidad mínima de una habitación propia?

Enseñar implica poner en marcha un mapa de tentativas y entre esos vericuetos, la cuestión se complejiza: ¿Quiero en mi vida, seguir siendo una obrera del conocimiento instrumental que a diario ve a más de 400 estudiantes y que aún con mucha emoción y casi baile, desde mi mitad narciso, mitad convicción política construyo discursos que pretenden disentir, transgredir, romper el piso institucional de lo que la academia espera, pero que a veces es recibida con brazos cruzados, celulares en la mano, chistes sexistas, despliegue de violencia en el lenguaje?
¿Qué hacer ante la precariedad que me hace comenzar cotidianamente a las siete de la mañana y cerrar mi clase de viernes por la noche a las diez?
¿Dónde la ociosidad maravillosa que permite pensar por sí, proponer, crear nuevas pautas, conceptos, categorías?
¿Dónde la posibilidad mínima de una habitación propia?

El amor es contra revolucionario.

El amor es contra revolucionario.
Lo hemos vuelto una metafísica que "parece" dulcemente querer estar en todo. Le hemos colocado entidad propia, y desde ahí, incendia, ilusiona, edifica esperanzas. Una vez envueltos en la magia de sus discursos, se juega en la ambivalencia de ofrecer y quitar certezas.
Es como colocar un piso lustroso que te invita a bailar y donde al mismo tiempo, te resbalas. Te involucra en un juego de poder donde muestra a las/los amantes en el esplendor de sus vicios culturales: patriarcado le llaman, y te vende con mucho éxito (por lo menos en un rato) respuestas fáciles de inflamación corporal y promesa de mañana.
Si pensamos más allá del amor, si revisamos más allá de su envoltorio, nos damos cuenta que las afectaciones en las relaciones humanas son ¡uf! tremendamente más complejas.

domingo, 30 de diciembre de 2018

No me gusta la navidad

No me gusta la navidad, pero… amo la forma en que mi mamá se ríe cuando a la hora de cantar su letanía, nosotras le decimos: “Ora por donde”. A la hora de arrullar el chavito nacido (sabiendo que también hay otros importantes arquetipos nacidos en la misma fecha) le da un besito tierno y se conmueve, pidiendo (y accionando) por otras personas. La amo.
No me gusta la navidad, pero… es para mi papá todo un acontecimiento. En esta ocasión, preparó “romeritos veganos”, que ya para sus modos es toda una osadía, y aunque se moría de sueño, (la desvelada no es lo suyo) estaba vivaz e intentaba adaptarse a unas hijas y a una ex tan alejado de su victoriano pensamiento.
No me gusta la navidad, pero… no me quiero perder en la vida el modo en que mi hermana chulita, prepara regalos. Es meticulosamente detallista y no pierde oportunidad para compartir, pone la mesa, ambienta el espacio, es generosa es sus procederes.
No me gusta la navidad, pero... siempre esperamos con ansia su comunicación, no nos emociona mucho saberla tan lejos, pero sí tan artista, tan entera. Amamos mucho, muchísimo a nuestra elsita.
No me gusta la navidad, pero… gracias a que nos alejamos de esa familia violenta, ya estamos les cuatro (o cinco) y a nuestro modo, nos organizamos, platicamos y fluimos sin necesidad de responder a dinámicas cargadas de todo eso que no nos gusta e incómoda, pero que durante muchos años en la infancia “tuvimos” que vivir,  pero ya no más. Maravilloso alivio.
No me gusta la navidad, pero… me fascina el momento de preparar la comida, sí esa deliciosa y libre de crueldad que lleva su ratito e involucramiento. Es un acto de arte efímero que implica emociones, técnica, tiempo y una ejecución que se disuelve en el paladar, no sin antes darte un regalo de vida, un agradecer a la mamá tierra por sus bonanzas. ¡ah! Que rico es comer.
No me gusta la navidad, pero… el relajo de los tres compitas perris es alegre y maravilloso. Están muy co-participadores de cualquier movimiento, se resguardan entre nosotras cuando tienen miedo de los jodidos cuetes de los vecinos, están atentos a cada movimiento, a cada abrazo y piden siempre su dosis amorosa, se desvelan, nos acompañan, se sonrojan. Saturno, Luna y Reidar, son parte importante de esta familia.
No me gusta la navidad, pero… me gusta disfrutar de abrazos y acontecimientos. No me significa la fecha, pero sí los buenos deseos, me importan los pretextos que además buscamos, no se formen en el contexto de sólo un año, sino en los movimientos constantes de mostrar afecto. Esas personas me afectan, me construyen, son las que me impulsan a ser un proyecto en cambio. Desde hace años decidí con les compañeres de cariños (es un término bien bonito de Guadalupe) que cada quien viviría las experiencias de estas fechas con quien deseara, sin necesidad de forzar formalidades sociales, lo que me ha llevado, a querer estar siempre con estas personas de sangre, que más allá de los “lazos” son personas favoritas para la vida y consciente y claramente lo he decidido así.
No me gusta la navidad y seguiré en los poquitos días que le quedan en la formalidad a este 2018, con las 25 razones de porque estas fechas socialmente me parecen bastante cuestionables, sin embargo, en el abanico de las decisiones y en esos episodios breves de actos de libertad que cada una de nosotras tenemos, es que me gusta y elijo descansar los días 25 y en pijama vemos pelis, comemos recalentado y le damos más y más amor a los perris.
Sencillez ante la vorágine de acontecimientos que nos rebasan, pero que por un día le doy pausa en mis emociones.
Felices encuentros y paciencia con los desencuentros, que la pauta de la reflexión sea ojalá un pan cotidiano de estos días.
¡Que así sea

Hace frío y no me gustan los chistes facilones.

Hace frío y yo nomas vengo por acá de amargosa un día después del 28 para decir, que nomas no le encuentro gracia a las bromas del "inocente palomita". Por un lado pienso ¿es legítimo burlarse de la inocencia? ¿la risa, la broma tiene que ver con la burla, con la confusión de otra persona, con el sentirse timada? ¿por qué nos divierte la ingenuidad de otros/as/es, acaso "tiernamente" normalizamos la violencia?
Por otra parte, si es que nos situamos en el "origen histórico" del día a partir de lo sucedido con Herodes y su persecución a infantes, la cuestión se pone más grave. 
¿Por qué un infanticidio podría ser recordado como chacoteo?
Dicho esto, procedo a buscar como mitigar este frío de sábado. Y que simbolicamente, disfruten este fin de semana, último del 2018. Salud!

viernes, 7 de diciembre de 2018

LAS IMPLICACIONES DE UNA POLÍTICA RADICAL DE LOS AFECTOS

Cuando hablamos de una política radical de los afectos y empecé a pensar/actuar desde el contra/amor es porque hay cuestiones básicas que en las relaciones con las/os/es otras son importantísimas desmontar, algunos ejemplos: idealización, expectativas, perdida de sentido de realidad.

Me da muchísimo gusto la euforia, las risas, las esperanzas, ese decir amable de muchísimas personas ante la llegada de López Obrador, no dejo de ser partícipe de esa emoción de un zócalo lleno de calidez y no de coches blindados, autos de represión, granaderos persiguiéndonos, frustración y muchísima impotencia, años de fraude electoral, no soy ciega, y acompaño el entusiasmo.

Sin embargo, y llego el momento de los peros, me parece que estamos perdiendo sentido crítico y escepticismo que son elementos importantes para una reflexión objetiva y no un remolino de emociones muy parecido al enamoramiento y la limeranza. Ayer veía imágenes donde se notaba y contagiaba esa intensa sensación de euforia, donde las personas “enamoradas” de lo que está por venir, “proyectaban” sobre su objeto, es decir la figura de López Obrador, todo el sentido de responsabilidad sobre un nuevo México sin corrupción, justicia, y tantos etcéteras que anhelamos. Es esa construcción cultural de pareja monógama y heterosexual donde el “enamoramiento” opaca la vista y no vemos lo que tenemos enfrente, sino lo que “desearíamos que fuese”.

Hace unos días estaba de hombros caídos escuchando a cientos de estudiantes en un debate sobre liderazgo, sosteniendo la “necesidad” sobre la urgencia de uno. Sus argumentos: Las personas no saben lo que quieren, no se saben organizar, hay que reconocer que hay quien sabe hacer mejor las cosas, no todos “deben mandar”, una cabeza piensa mejor que muchas y entre otros elementos que nos dejan entrever que ya está muy enrazada una especie de servidumbre voluntaria ( recomiendo darle una leída a Etienne de la Boetie) y que con toda legitimidad estamos esperando aquel que ahora sí, no nos falle, el que sea un poco como el tata Lázaro o algún revolucionario del pasado (que por cierto, si nos ponemos a investigar de fondo, esos masculinos de “revolucionarios” poco tienen y sí de los forjadores de institucionalidad actual) el que por favor no nos defraude, ahora sí en pocas palabras “el verdadero amor”.

En muchos espacios he sostenido que el amor es un discurso y como tal, no siempre alcanza para cubrir (a veces sí maquillar) toda la gama de afectos que nos conforman. De ahí que lo que está pasando es un caleidoscopio que ojala sobrepasara “el idealismo de la esperanza”: Celebro que haya un gabinete paritario y que Olga Sánchez Cordero asuma una secretaría de Gobernación (lo digo en la contradicción, dado que personalmente estoy contra todo lo que el Estado representa), pero de ningún modo estoy de acuerdo con la construcción del tren maya o la parafernalia mediática de la entrega del “bastón de mando” que invisibiliza a los cientos de pueblos originarios, me encanta que los Pinos se vaya a convertir en un museo/espacio cultural, pero jamás en avalar al ejército, militarizar al país y hacer ahora una “nueva guardia nacional” (además que vergonzoso las cientos de personas que acosan al tipo del ejército de la toma de protesta, a partir de su supuesta guapura o lo que sea), ejemplos hay muchos, y no todo es blanco y negro, y todo está abierto a muchos caminos e interpretaciones que ahora con des/fortuna se están convirtiendo en bandos facciosos. Los amlovers y los hateamlo.

Es preocupante como la derecha está nutriéndose entre complejos doña Florinda, clasismos y marchas fifí. Es preocupante como una izquierda institucional se está fortaleciendo y repitiendo viejos esquemas de un dinosaurio que tiene nuevos rostros, pero lo más, más preocupante es que tú y yo, estemos hablando de López Obrador, mientras no hacemos nada para trabajar en una organización vecinal, en un replanteamiento en las maneras de convivencia con nuestra/os amigas, pareja o relaciones de vida. Mientras seguimos aceptando en el trabajo la tiranía de explotación disfrazada de vida Godínez y consumismo de fin de semana, sin que miremos más allá de una calificación para acreditar una asignatura o el regocijo del inicio de la quincena. Sin cuestionar la asimetría en nuestras acciones cotidianas, subiéndonos a tabiques de poder y haciendo activismo desde nuestros celulares. Sobre todo, sin dimensionar que no se trata solo de un cambio a la “superación personal” y en la cantaleta del “sí yo quiero, puedo”, sino de un andamiaje ideológico político y económico sustentado en la cosa esa del patriarcado y capitalismo que juegan al amor romántico, ese, que ahora inunda las calles de muchos espacios en el país.

Cuando proponemos una política radical de los afectos y de contra amor, hablamos de una posición y acción ética y política contra cualquier discurso amoroso que violente y controle al ser humano, que cuestiona los mitos, ilusiones y expectativas de los imaginarios hetero-monógamo-normativos, fincándose en ejercicios libertarios a través del consenso.

No hay panaceas ni caminos “verdaderos”, hay construcción de confianza y puentes. Las y los zapatistas por ejemplo, desde la cercanía con la tierra, el trabajo de resistencia y los pasamontañas tienen mucho que decir, y nosotra/os (sí queremos) mucho que escuchar.

Accionar y humildad para el camino que viene.

Somos tierra.

PRIMERO DE DICIEMBRE DEL 2018 FRENTE AL PRIMERO DE DICIEMBRE DEL 2012

Hace seis años, mamá me visitaba y tuvimos una fea discusión a la vieja usanza adolescente porque se negaba a "dejarme salir" a protestar, porque las cosas se "pondrían feas" y sí, la represión fue el sello de esa cosa de gobierno fallido que desde el primer día se dejó ver.
Primero en San Lázaro, corrimos fuerte como tres cuadras y ahí conocí a dos mujeres muy jóvenes que me pidieron protegernos juntas, venían de algún cch y estaban como yo, muy enojadas, corriamos frenéticas por lo que veíamos y afortunadamente en una tienda una señora nos ayudó a resguardarnos, mientras veíamos como golpeaban compañeros.
Nos dijeron que en el zócalo todo estaba muy duro y entre la organización momentánea, alguien nos dieron un raid para allá, otra vez, asustadas a correr (Una de ellas decía, que tenía mucho miedo, pero que más miedo era quedarse sin hacer nada).
Desde Pino Suárez todo el espacio estaba pletórico de mucho desconcierto, susto, enojo, seguimos juntas y las perdí en Madero, donde atrincherados corrimos otra vez, y en Bellas Artes todo era humo, todo desconcierto, éramos cientos de personas de la sociedad civil que no sabíamos a donde movernos, para donde correr, buscamos ayudar a un señor que tenía el rostro bañado de sangre y que gritaba "yo sólo quería ir al metro, ya llegué tarde al trabajo".
Muchas horribles cosas empezaron ese día, muchas horribles cosas siguieron pasando, miles de mujeres asesinadas, miles de personas desaparecidas, cientos de torturado/as, cientos de presos/os políticos, infinidad de protestas, la quema breve de la puerta de Palacio nacional (uno de los momentos más gozosos de mi vida), seis años tremendos.
Hoy seguiremos disintiendo, seguiremos protestando porque tenemos claro, que un "tlatoani" no solucionará mágicamente las condiciones tan enrarecidas que en este país sobrevivimos, seguiremos proponiendo, seguimos en la lucha desde las calles y otras trincheras, y espero, por favor, que mi madre, no siga teniendo razón.

3 de 25 razones por las que la navidad NO es maravillosa.

En estos días y con la búsqueda de un poquito de tiempo, les compartiré mis 25 (número contextual) razones de porque no me gustan estas fechas.
Tal vez soy una grinch o chaira o estudiante mamona de filosofía o todas las anteriores, pero por ahorita comienzo diciendo.
1) Me molesta mucho la hipocresía social. Hace rato vi como unos compañeros de trabajo se abrazaban y "deseaban" parabienes repitiendo las frases comunes de la fecha. Al despedirse una de las personas con su acompañante, dijo cosas muy burlonas sobre la vestimenta del recién abrazado, y juntos se burlaron también de su nombre.

2) Me molestan los dobles discursos en los temas "ecológicos". Veo ahora creciente en algunos círculos, la tendencia de dejar de usar "popote" y uno que otro "plástico", y acompañan su decisión (y que chido) con la imagen viralizada de la compa tortuga atravesada con esas cosas inútiles, sin embargo, algunes después de su malteada, sí van corriendo ya a "colocar su árbolito natural" colgandole cosas a un compa arrancado de su medio y viendo como poco a poco se seca y vuelve cadáver. Y cuando se sugiere una reflexión al respecto, su respuesta es " ¡ay!los artificiales contaminan más" y bueno que decir de...
3) De plano con esto si no puedo y no sólo me pone muy triste sino furica, realmente muy misantropa y tiene que ver otra vez con el doble discurso, pero ahora sí llevado a planos tremendos de incoherencia y es el festín de cadáveres navideño.
Como decía por acá, hace algunos días en el feís: Tu "cena" está recién naciendo y no tiene claro ese compa cachorrito, que viene muy pronto su brutal muerte, so pretexto de la tradición llena de "amor, reconciliación, paz y esperanza", plis me podrían explicar ¿dónde esos elementos en las hembras que les arrancaron a sus pequeños/as recién nacidas, mientras a ellas las siguen explotando más y más, hasta que un día ya no "les sirva" y también las asesinen?

PROBADITAS DE CONTRA AMOR.

  Tiene mucho que no hablo de contra amor, y ya es urgente retomarlo en términos de la palabra escrita y hablada para compartir, ya que en l...