viernes, 1 de enero de 2010

Los caracoles piensan en silencio. *

Los caracoles piensan en silencio. *

“Ha llegado el momento de levantarnos
y alzar la voz como mujeres,
ya nadie podrá callarnos,
vamos a seguir hablando en todas partes del mundo
para hacerlo un lugar donde quepamos todas
con un pan en la mano”

Ramona vive y vive, la lucha sigue y sigue.

Por Chuy Tinoco.
relatosdelaluna@ hotmail.com

Han pasado 16 años de aquel 1 de enero de 1994 día en que el levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) dijo YA BASTA a la exclusión, el olvido, la marginación y la pobreza de los pueblos indios de México. Y aunque su llamado nos incluía a todas las “minorías” quienes finalmente componemos este mosaico diverso de país, este alzamiento daba principalmente voz a los sin voz y sin rostro de entonces.

La conmemoración de estos 16 años del levantamiento zapatista a diferencia de los anteriores pasó en silencio, los cinco caracoles lugar donde permanecen las juntas del buen gobierno estaban cerrados. Como todo lo que vemos, oímos, y sabemos se publique o no, hay que hacer una doble lectura y revisar el fondo de cada cosa. ¿Por qué el EZLN permanece en silencio justo en el 16 aniversario de su levantamiento?

Sin pretender escribir la verdad, ante este silencio pienso algunos probables motivos que comparto.

Estos tres años del sexenio de Felipe Calderón han desatado algo que nunca se había vivido en México, la pérdida de control del gobierno en asuntos internos lo pone en jaque cada día, las ejecuciones y en general la violencia que se vive en el país deja al descubierto un poder del que hasta hace relativamente pocos años algunos hablaban; el poder del crimen organizado. Un poder que hoy rebasa la fuerza del estado, sus estrategias fallidas y los golpes recibidos a sus instituciones sin duda hoy tienen un debilitado estado mexicano. No hay más que ver lo que pasa con el ejército en las calles, la serie de abusos y crímenes en los que se ve envuelto y ahora a partir de la ejecución de Beltrán Leyba la poca credibilidad que tienen las fuerzas castrenses sobre su actuar en pro de la justicia y de la defensa de la población civil del país. Estos tres años y un mes del gobierno panista han sido subrayados por la ineptitud. Nada es ajeno, una cosa tiene que ver con la otra, si de un lado la seguridad nacional esta desdibujada del otro, la seguridad social se encuentra en la inmundicia, el alza de precios con los que abrimos este enero del 2010, el gasolinazo, el incremento a las tortillas y a los alimentos básicos no golpean más que al pueblo en general. La cuadriplejia económica en que mantienen al país el ejecutivo, los congresos, los empresarios y en el fondo los partidos políticos, auguran un año mucho más difícil de lo que fue el 2009. Parece que nada cambia a favor y sí que todo empeora.

Este narco-poder que hasta entonces pasaba casi desapercibido, no sólo para los analistas políticos, sino para el propio gobierno quien no termina de decir que desde hace ya mucho tiempo le sigue los pasos a los narcotraficantes, secuestradores y a sus propios elementos corrompidos, y nos preguntamos ¿si desde hace ya tanto tiempo tienen conocimiento de todos ellos, si les han seguido los pasos, por qué no hizo nada antes de que se desatará esta guerra?

Para todos el narco-poder resultaba un elemento más de descomposició n que apestaba en este país, incluso para los mismos ciudadanos. Hoy nada impacta más la vida de los civiles comunes, los de a pie, que el miedo de ser víctimas del narco, por una sencilla razón, no hay nada ni nadie que los detenga, que frene lo que viene ocurriendo en este país.

Y ese poder que no había figurado en el centro del escenario hoy se lleva todos los reflectores, en cualquier medio informativo y desafortunadamente en las calles, ya es un tema cotidiano. Un poder que llego y que a todos les ha cambiado la jugada.

En este panorama de balazos e indolencia presidencial, sentarse y pensar en silencio quizá pueda parecer inútil; sin embrago creo que es necesario el silencio para reflexionar. La descomposició n que hace 16 años denunciaba el EZLN es mucho más profunda y ha arreciado con la pobreza y el desempleo. Hoy para los mexicanos y creo que para las mexicanas más que nunca el simbolismo de las armas tiene otra lectura que se ha hecho historia en la piel, en el cuerpo, si lo sabrán las mujeres zapatistas, las armas del ejército mexicano, las del narcotráfico, las de los grupos paramilitares, las de la mara salvatrucha, y la enorme cantidad de violaciones principalmente sexuales que simboliza una arma, la misma historia es para las mujeres de ciudad Juárez y el estado de México. El número creciente de feminicidios al que ahora se suman otros asesinatos de mujeres por el crimen organizado va en aumento, los “ajustes de cuentas” tienen como principales víctimas a los hombres, los niveles de violencia alcanzados entre ellos son descomunales haciendo de este país un lugar ya casi inhabitable.

La muerte de forma contundente se expande en la sociedad. Quizá el mismo EZLN hoy este debatiendo sobre la idea de seguir siendo un movimiento armado, pese a las muchas provocaciones e injusticias por parte del gobierno estatal, federal y de los grupos paramilitares, el tema de las armas hoy tiene otros referentes para la gente, el de la impotencia, la impunidad y el dolor, hoy pensamos dos veces si queremos seguir una lucha armada, la violencia y el miedo nos han tocado todos los sentidos. Los zapatistas han mantenido sus armas sin un sólo disparo desde hace muchos años, pero vale la pena pensar si ese es el camino en un país abatido por la crudeza sanguinaria.

Se habla de otros movimientos que están surgiendo, alzamientos clandestinos que han visto su oportunidad con el recrudecimiento de la extrema pobreza, con el piso que tienen que pagar por respirar en terrenos del narco y en campos del olvido, el abandono al que han sido condenados en un sistema económico deshumanizado. Seguro vendrán detrás otros movimientos armados, llenos de hartazgo, gritando su propio YA BASTA, pero el EZLN representa entonces y ahora la posibilidad del todo para todos, de un mundo donde quepan muchos mundos, de la dignidad rebelde y esperamos que esos otros que viene detrás no piensen sólo en sembrar más la ley del revolver que hoy vivimos, que no se enceguezcan como lo ha hecho este gobierno que más allá de la justicia sólo ha buscado la venganza, una autoridad con un solo rostro, el de la ambición.

Es inevitable que surjan otros movimientos insurrectos, el punto es saber si la propuesta sigue siendo a través de las armas en un país para el que hoy un cuerno de chivo o un rifle representan tanto derramamiento de sangre innecesario.

Los movimientos surgen porque el estado fallido no deja otra salida, porque el sistema económico ha fracasado y porque los irresponsables gobiernos, sus funcionarios y ex presidentes se lavan las manos diciendo que es culpa de la globalización, se les olvida cuanto la apoyaron, cuanto impulsaron e impusieron la desigualdad de los tratados de libre comercio, la preventa de los recursos naturales, la propiedad privada que hicieron de todo el territorio, la dependencia que generaron de los países del norte. El despojo por el que miles de migrantes cruzan la frontera de la muerte. La caduca y putrefacta derecha a la que hoy dejan gobernar, todo este modelo malogrado levanta a quienes no tienen nada más que perder, sólo la vida, pero esa que viven tampoco es vida.

El silencio zapatista seguro nos estará dando otra lección, una de estas es pensar de distintas formas, pensar de hoy en adelante cómo será la lucha de cada una y cada uno, quienes queremos cambiar este país. Necesitamos aprovechar el silencio que hemos guardado para repensar la forma en que enfrentaremos este año nuevo.
Aguascalientes, 1 de Enero de 2010.

* Los caracoles piensan en silencio
Columna "Cotidianas"
Periódico Página 24
Lunes 4 de Enero de 2010
Aguascalientes, Méx

La mujer del piano (Ohh! Pero no hay piano)




La mujer del piano


DIANA MARINA NERI ARRIAGA.







Soy una perdida irredenta: mi único silencio ha sido la muerte.
Mi riqueza será tu esperanza abierta de piernas, la boca expuesta, el coño y su piano.
Mi única tristeza, la tristeza toda.
Grito siempre al viento y su eco me revuelve las manchas de sangre;
pero no entiendo porqué grito y sigo cantando…
le canto a los que dejaron el miedo olvidado, y aún tienen miedo
a los que se han enmarañado de vida, sembrando Príapo, conociendo el dolor del sueño, enamorándose de las comisuras, del sudor expuesto.
A los que no se satisfacen nunca, ni tienen precio alguno.
A quien se coge a las palabras y después las vomita plagadas de espinas o de nubes,
a quienes cabalgan en el tiempo y no desaparecen nunca.

Pregúntale al poeta si compra la tierra, si trafica el aire, si negocia el sexo.
Pregúntale acaso, si el placer alcanza,
si el agua podrida y los senos marchitos.
Pregunta por todas las hendiduras que ya se cerraron.
Por la angustia olvidada y la estrechez de las calles
Y pregunta por la vida,
por mi lengua que ávida te imagina recorriendo la distancia del pan enmohecido

Ya no voy a llorar, mejor miro pornografía mientras toco el piano.

Tengo el alma arrugada

Tengo el alma arrugada
DIANA MARINA NERI ARRIAGA.

Abrir una ventana, una puerta, un cerrojo, para abrirse, para arrojarse a la vida
Derrumbe de mañanas que construimos con caricias, con alegrías de olor a mierda mojada
con ganas de saberme cerca de ti

Tengo el alma arrugada
los pies con cincuenta dedos de tanto andar esperando no encontrarte
esperando encontrar hombres de picha negra que me alejen de ti
buscar el abrigo de los ojos entreabiertos
suplicando una huella más en mis fantasmas

Pero… sólo contemplo mis piernas sin noche, mis ganas sin calma
tiernamente miro el laberinto en el paso de tu palabra
tu aliento en tus pieles que me espían y me recuerdan que ya no estoy...
tus pasos con orugas y hormigas que cansadas se marcharon
ya no esperaron el invierno…
se entregaron al horror

Qué bello
Serás siempre del río de quien come carne y no se dice caníbal
de quien ríe y se traduce en brisa y llanto
serás El orgasmo interrumpido
las ganas de gatos maullando en la mañana
la desfachatez del amor perdido

Ya basta de este letargo
estoy ausente
atorada
estoy –¡Ah… que caray! otra vez sola.

Es a ti a quien miro


Es a ti a quien miro
DIANA MARINA NERI ARRIAGA



No me digas tu nombre.
Lo sé,
lo he olvidado,
apenas lo recuerdo…
ya no importa

Prefiero esta noche ronca
este olor a sol muerto
estas ganas de estrecharte

Prefiero el color de tu rubio conejo
y mi cabello suelto

Ya no quiero más sangre en el coño
¡Quiero una fábrica de vibradores!

¿Qué diría mi sombra si te encontrara?
¿Qué dirías si hoy te dijera que sólo te miro, sólo te amo, sólo te olvido?

¿Dónde estás Aziz?…. Qué el desgarro me acecha…

M A N I F I E S T O ANTICAPITALISTA 2010

M A N I F I E S T O ANTICAPITALISTA 2010
Declaración de colectivos, organizaciones e individu@s adherentes a la VIDSL y a La Otra Campaña participantes en la Asamblea Nacional de Adherentes del 26 y 27 de diciembre de 2009
A los Pueblos Explotados de México y del Mundo
Estas palabras son dirigidas a la gente que al recorrer este largo camino de la vida ha encontrado, al igual que nosotros, explotación, humillación, hambre y desigualdad. Pueden entender entonces que nuestro andar no ha sido nada fácil, pero lo más difícil ha sido el no conformarnos y tratar de cambiar esa realidad que nos oprime. Por eso luchamos por mejores condiciones de vida y de trabajo, por medio de la organización, la protesta social y otras formas de resistir que han sido nuestra forma de vida; y a lo que nos hemos enfrentado es a la represión del Estado. Es la manera en que el modo de producción capitalista responde a nuestras demandas, castigándonos por defender nuestro derecho a la vida. Conocemos de cerca el significado de la represión, la hemos vivido, conocemos sus formas, como lo son el asesinato, la cárcel, la tortura, la desaparición, la marginación. Hoy llamamos a luchar en contra de este sistema de muerte, por la vida, por un sistema más justo
- Marco Histórico
La nación mexicana, es el resultado que nos dejan 500 años de resistencia e insurrecciones de las naciones indígenas en contra del exterminio, de la conquista y la colonización.
Es el resultado de las sublevaciones del pueblo mexicano en contra de sus opresores en diferentes etapas de la historia. Están presentes los ideales y esfuerzos que han aportado Morelos, plasmados en “Los Sentimientos de la Nación ” y los personajes de la Independencia como Allende, Hidalgo, etc. Retomamos el espíritu de restauración de la República , los principios del Partido Liberal Mexicano magonista, las causas por las que se levantó Zapata y Villa. Reconocemos el espíritu de lucha y combate del güero Medrano, el grito de lucha de Arturo Gámiz, la rebeldía de Genaro y Lucio.
Más de 100 años de luchas de la clase obrera contra el capital, por mejorar sus condiciones de vida y e trabajo, han contribuido a conformar el México de abajo rebelde e insurrecto.
Las insurrecciones y levantamientos del pueblo mexicano son producto de sus distintas luchas por pan, tierra, libertad, trabajo, justicia, derechos sociales, vivienda, salud y otros. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional es resultado de esas luchas, de lo mejor de ellas, lo más avanzado; inició la insurrección el 1° de enero de 1994, primera etapa de la nueva revolución, la otra Revolución Mexicana, por su territorio, autonomía y cultura, organizándose en los municipios autónomos y en las Juntas de Buen Gobierno, que comprenden toda una cosmovisión., y que trasciende, al ser el EZLN firmante y convocante de la VI Declaración de la Selva Lacandona y de La Otra Campaña , que nos llaman a la lucha anticapitalista, en el marco político, civil y pacífico.
- Diagnóstico
El capitalismo es el sistema económico, político y social que predomina en todo el mundo. Es un sistema de relaciones de explotación de una clase minoritaria –la burguesía- sobre otra –la clase obrera y trabajadora- y otras clases y subsectores. El capitalismo genera pobreza, desigualdad e inconformidad, se encuentra en una profunda crisis caracterizada por la sobreproducción de mercancías, acentuando la destrucción de la naturaleza, el despojo de la tierra y el territorio a los campesinos y comunidades indígenas, y una política laboral de sobreexplotación de la fuerza de trabajo, de aniquilamiento a los contratos colectivos y a las conquistas laborales y derechos sociales alcanzados en los últimos 100 años de lucha. Por un lado se ahonda la pobreza, por otro existen un puñado de grupos y personajes que concentran y centralizan el poder económico y político, como Carlos Slim, uno de los más ricos del mundo.
Para conservar el poder económico y político, el Estado implementa una política de represión y criminalización a las luchas y movimientos sociales con operativos de contrainsurgencia, asaltando pueblos y comunidades desarmadas e indefensas, como en Aténco, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Tláhuac, DF, dando como resultado cientos de muertos y presos políticos.
Además el gobierno ha emprendido la llamada “guerra al crimen organizado” a través del Plan Mérida, que tiene su laboratorio con el plan “Operación Conjunta Chihuahua”, que desde marzo con cerca de 10 mil militares, patrullan las calles de Ciudad Juárez, intimidando y amedrentando, convirtiendo la ciudad en estado de sitio, y violando los más mínimos derechos humanos de la población, resultando más de 4 mil personas asesinadas en los últimos 2 años. Esta política de Estado es sólo un pretexto para militarizar el país, criminalizar la lucha social con el objetivo de aterrorizar y paralizar a la sociedad y a los luchadores sociales.
Queda en evidencia la corrupción, la ilegalidad e ilegitimidad del gobierno mexicano, sus instituciones y sus sistema de impartición de justicia, cuando no se esclarecen los asesinatos de más de 400 mujeres en Ciudad Juárez; no se castiga a los culpables de la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, Coahuila; queda en la impunidad el asesinato de 49 niños en Sonora; se libera a los culpables de la matanza de Acteal, Chiapas; condenas irracionales a los presos de Atenco; presos de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, y la extinción de la compañía de Luz y Fuerza del Centro, que aniquila el contrato colectivo de trabajo del SME, entre otros ejemplos.
- Nuestra posición
Así como los demás explotados del sistema, consideramos que el tiempo de este sistema se ha terminado, que ya no se puede esperar de la burguesía, su Estado, su Gobierno y su sistema de partidos, ningún beneficio.
Nuestra posición se viene construyendo a través de diversos foros de análisis y discusión, iniciando en 2009 con “Primero nuestros presos”; un foro regional en Tampico, foros nacionales con la consigna de “¡Váyanse o los Sacamos!” en Veracruz, Morelos y Guerrero. Y con la realización en diciembre de una Asamblea Nacional de Adherentes, en el DF, proponiendo:
- que en el marco de un programa nacional y mundial de lucha que establezca el derrocamiento de la burguesía y su Estado, y por la apropiación de los medios de producción, es el momento de establecer un
- plan de insurrección que nos permita pasar a otra fase: de la resistencia a la ofensiva, de las luchas de resistencia locales, territoriales, gremiales, aisladas, y desarticuladas, a luchas coordinadas y enlazadas por objetivos políticos, es decir, desconocimiento total del Estado y de todas sus Instituciones, leyes y decretos.
- Llamado a la lucha contra el sistema capitalista
Estamos convencidos que existen condiciones para acciones en favor del derrocamiento de la burguesía y la apropiación de los medios de producción. Consideramos que es tiempo de terminar con la pesadilla y castigar a los responsables de muerte, despojo, represión, cárcel, explotación y miseria.
Hay que enfrentar a la burguesía tomando los centros de producción, comercio, servicios y sus oficinas y las de sus organizaciones, entre las que se encuentran el Estado, el Gobierno, el sistema de partidos y las instituciones represivas que cuidan a la clase dominante, no al país. Ir hacia la huelga general y política, paralizando al país, huelga que libera a obreros y trabajadores para enfrentar al enemigo, discutir los asuntos de su interés y organizarse.
Por esta razón, el llamado a luchar contra la burguesía, es a todos los proletarios y explotados del mundo, afectados por la misma explotación y por la crisis de sobreproducción que deja millones de trabajadores desempleados y familias con hambre y sed, no sólo de justicia. Vayamos a los centros de trabajo, escuelas, fábricas, barrios, colonias, pueblos, donde se lucha y se resiste a organizarnos bajo un Programa Nacional de Lucha y su plan de insurrección para derrocar al sistema y así construir una sociedad sin explotadores, sin explotados.
El tiempo es el que dure la crisis y el lugar es en cada país y centro de trabajo, ahí donde la crisis ha pegado fuerte, como en EU, con condiciones objetivas que deben complementarse con las subjetivas sintetizadas en la construcción de un Programa Nacional y Mundial de Lucha contra el capital y sus instituciones nacionales y mundiales que dirigen y administran sobre todo la explotación, el despojo, el desprecio y la represión de los pueblos.
La lucha de clases ha estado presente expresada en la ofensiva de la burguesía contra el proletariado y los trabajadores de la ciudad, el campo y el mar, que ha durado 3 décadas despojando a los trabajadores de sus conquistas laborales y sociales y a los campesinos y comunidades indígenas de tierras, agua, bosques y demás riquezas naturales y culturales.
Ahora inicia la contraofensiva de los explotados hasta derrotar totalmente a la burguesía, no dejando un solo espacio donde se reorganice e intente restablecer el sistema de explotación.
¡A ORGANIZARNOS PARA LA HUELGA POLÍTICA GENERAL HACIA EL DERRROCAMIENTO DE LA BURGUESÍA , POR LA APROPIACIÓN DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN SOCIAL, DE CREACION ARTÍSTICOS Y CULTURALES, Y EL ESTABLECIMIENTO DE UNA NUEVA SOCIEDAD SIN EXPLOTADORES NI EXPLOTADOS, CON UN GOBIERNO QUE MANDE OBEDECIENDO!
¡Democracia, libertad y justicia para tod@s!
¡Viva el EZLN!
¡Viva la otra Campaña¡
¡¡¡VÁYANSE O LOS SACAMOS!!!
Sector de Trabajador@s de La Otra Campaña , región centro; Colectivo Acción Inteligente de Desempleados y Estudiantes (CAIDES), La Otra Salud , La´k´j-Hormiga, La Otra Cultura DF; La Otra Huasteca-Totonacapan , Frente de Pueblos del Anáhuac, El Otro Plantón de Molino de Flores, adherentes en lo individual, participantes en la Asamblea Nacional de Adherentes, realizada el pasado 26 y 27 de diciembre de 2009 en el auditorio Che Guevara, Ciudad Universitaria.

1° de Enero de 2010
laotraobrera@gmail.com acción_inteligente@hotmail.com

Hypatia y las raíces del antifeminismo (El odio a la mujer)


Hypatia y las raíces del antifeminismo (El odio a la mujer)
por Juan Manuel Castells (Europa Laica)


La exposición de la película Ágora de Alejandro Amenábar sobre la vida de Hypatia ofrece una excelente ocasión para analizar una vez más el tema del antifeminismo que sigue siendo uno de los componentes esenciales de nuestra civilización llamada a veces occidental, pero cuya denominación más apropiada sería la de civilización cristiana.

La historia de Hypatia ha sido muchas veces contada por lo que la resumiré muy brevemente. Para evitar cualquier tipo de magnificación de un personaje tan admirado por quienes han visto en él una víctima simbólica de la crueldad a la que lleva el fanatismo religioso, citaré el relato de Sócrates Escolástico (también conocido como Sócrates de Constantinopla) , historiador cristiano del siglo V:

Vivía en Alejandría una mujer llamada Hypatia, hija del filósofo Theon, la cual alcanzó logros en literatura y ciencia suficientes para sobrepasar a todos los filósofos de su tiempo. Como directora de la Escuela de Platón y Plotino explicaba los principios de la filosofía a sus alumnos, muchos de los cuales venían de lejos para recibir sus enseñanzas…Todos los hombres la admiraban por su extraordinaria virtud y dignidad…Sin embargo incluso ella cayó víctima de la envidia política que prevalecía en aquel tiempo…algunos de (los monjes del obispo Cirilo) llevados por un celo fiero y fanático…la emboscaron en el regreso a su residencia, la sacaron de su carruaje y la llevaron a una iglesia llamada Cesareum, donde la mataron con “ostraca” (trozos de cerámica). Después de despezar su cuerpo, llevaron sus miembros a un lugar llamado Cineron, donde los quemaron. Este asunto trajo oprobio no sólo sobre Cirilo, sino también sobre toda la Iglesia de Alejandría (Volumen VII, Capítulo XV).
El relato de Sócrates ocurre durante el año 415. El asesinato de Hypatia fue el resultado del odio que le profesaba el obispo Cirilo (San Cirilo, claro, este tipo de sicópatas asesinos rara vez dejan de ser canonizados, cuando perpetran sus asesinatos en defensa de la fe), quien la acusaba de ser una maga (es decir aliada del demonio) en sus discursos desde el púlpito.
Hypatia es considerada por tanto la precursora de la caza de brujas que ensangrentarí a a Europa siglos más tarde.

El relato de Sócrates menciona claramente como causa del odio de Cirilo la “envidia” que éste le profesaba y que se explica a su vez por la superioridad intelectual que Sócrates le reconoce. El santo obispo no podía en forma alguna soportar esta superioridad en alguien que era pagana, seguidora de Platón y, sobre todas las cosas, mujer.

El cuerpo de Hypatia desapareció de la manera cruel que hemos visto, pero no así su espíritu, pues éste reencarnaría a fines del siglo XVII en ciudad de Méjico en otro cuerpo, igualmente agraciado: el de Sor Juana Inés de la Cruz , para muchos la más grande poetisa de la lengua castellana. Juana Inés dedicó su vida a las letras, hasta que en la plenitud de su obra la Iglesia la obligó a deshacerse de su preciada biblioteca, a recluirse en su celda, a no volver a escribir, a retractarse por los errores de una vida dedicada a tareas tan nimias como componer teatro y poesía y a limitarse a llevar una existencia vegetativa dedicada a la oración. La razón de la condena de Juana Inés no fue otra que la envidia que le tenían el arzobispo de Méjico, Francisco de Aguiar y Seijas, y otros ilustres varones de la Iglesia de la época. El arzobispo la acusó y condenó nada menos que por el pecado de “la soberbia que saca a la mujer de su estado de obediencia”. Juana Inés fue una gran admiradora de Hypatia, sufrió su misma suerte a manos de un nuevo Cirilo, y dejó constancia en varios poemas de la persecución que sufrió por su doble condición de intelectual y mujer, combinación de atributos que la Iglesia de todas las épocas ha considerado nefasta:

Desde que me rayó la primera luz de la razón, fue tan vehemente y poderosa la inclinación a las letras, que ni ajenas reprensiones…han bastado a que deje de seguir esta natural impulso que Dios puso en mí…sabe (Dios) que le he pedido que apague la luz de mi entendimiento dejando sólo lo que baste para guardar su Ley, pues lo demás sobra, según algunos, en una mujer (Respuesta a sor Filotea de la Cruz , 1691).

Octavio Paz, en su excelente biografía de Juana Inés resume así la historia de su persecución:

La hostilidad difusa que suscitaban su condición de monja escritora y su celebridad de ultramar…se convirtió en un asunto que tocaba a los principios mismos de la disciplina eclesiástica. La hostilidad y los celos se vistieron con el disfraz del respeto a la autoridad, la obediencia y la consagración a los deberes religiosos. Y todo esto se expresó en una exigencia. La renunciación a las letras profanas. El movimiento de opinión desencadenado por la mala voluntad de Aguiar y Seijas era, en realidad, una oleada de inconfesables pasiones: envidia, temor, odio a la mujer, recelo.


El objetivo de este artículo es justamente el de dilucidar las raíces de lo que Octavio Paz caracteriza como el odio a la mujer, odio que se ha manifestado con virulencia en el caso de Hypatia, en el de Juan Inés y en el de todas las mujeres que han pretendido ser las iguales del hombre en ambientes culturales dominados por la Iglesia.

Tradicionalmente se ha atribuido el relegamiento intelectual de la mujer al machismo heredado de las culturas patriarcales pastoriles que nos han legado su visión del mundo y en especial de las relaciones entre los sexos: la cultura semita en lo religioso y la indoaria en cuanto a mitología y organización social.

El machismo significa simplemente la relegación de la mujer a un plano de sometimiento a la autoridad del hombre y a una participación en la sociedad como ciudadana de segunda clase. El Antiguo Testamento es el súmmum por excelencia de la cultura machista: el hombre puede divorciarse pero la mujer no; la mujer debe purificarse durante cuarenta días cuando tiene un varón, pero ochenta si pare una niña; la casada acusada por su marido que no puede demostrar su virginidad debe ser apedreada hasta morir, pero no hay una regla semejante para el marido, etc. En el cristianismo el machismo se encuentra presente desde los primeros escritos que hacen parte del Nuevo Testamento. Pablo en sus famosas epístolas afirma, por ejemplo, que “Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer” o que la mujer fue creada “a causa del hombre” (entiéndase para estar a su servicio) y rechaza el derecho de la mujer a hablar en las asambleas de la Iglesia.

El machismo se encuentra por tanto presente en las llamadas religiones del libro, es decir la cristiana, la judía y el islam. El machismo no puede explicar, sin embargo, fenómenos de “odio a la mujer”, como los que hemos visto en los casos de Hypatia o de Juana Inés. Una cosa es relegar a la mujer a un segundo plano y otra muy distinta despellejarla viva (o encerrarla en su celda y prohibirle escribir) como castigo por pretender ser la igual o superior al hombre en el campo intelectual. Aquí se percibe algo adicional, a lo cual voy a calificar como antifeminismo, cuyas raíces paso a explicar.

El antifeminismo es el resultado de una corriente religiosa judía que se denomina como apocalíptica y que nace alrededor de los años -170/-165, y cuyo primer legado literario es el libro del profeta Daniel. La apocalíptica nace como respuesta a las circunstancias históricas de Israel, cuando el rey seléucida Antioco Epifanes trató de erradicar el culto a Yahvé y de imponer la cultura y la religión griegas. En el pasado la religión judía, a través de sus antiguos profetas, había sostenido que el mundo era básicamente bueno y que los males provenían de las malas acciones del pueblo de Israel (usualmente trasgresiones a la alianza con Yahvé, es decir adoración de otros dioses). Desde Daniel, los profetas presuponen que este mundo es intrínsecamente malvado y que el restablecimiento del bien exige su destrucción y la creación de un mundo nuevo. Un juicio final y la aparición de un personaje denominado como “el hijo del hombre” marcan a menudo la ruptura entre el viejo y el nuevo mundo. La aparición de esta corriente obedece a la desesperación del pueblo judío que veía cómo varios siglos de fidelidad a Yahvé desde el regreso del exilio de Babilonia no había servido para evitar el sometimiento a poderes extranjeros y luego el ataque a su religión. Resultaba necesario por consiguiente encontrar una razón para la existencia del mal en el mundo diferente a la muy manida excusa de la infidelidad con Yahvé.

La nueva literatura apocalíptica define claramente el origen del mal en el mundo como el resultado de la corrupción de un grupo de ángeles, denominados como los Vigilantes (seguramente por haberles Dios encomendado la custodia o vigilancia de la raza humana), quienes se unieron carnalmente con las mujeres y enseñaron a los hombres secretos que no debían revelarles (la elaboración de armas de guerra principalmente) y les indujeron a cometer pecado. Los Vigilantes y sus descendientes, una raza de gigantes, fueron destruidos por el diluvio, pero sus espíritus sobrevivieron convertidos en espíritus malos o demonios y establecieron su morada en la tierra. Veamos algunos testimonios de esta nueva corriente religiosa:

Adán corrió peligro, y también los ángeles, pues ellos tenían libertad en esa época que fue creada; algunos de ellos bajaron y se mezclaron con las mujeres (primer Apocalipsis de Baruc.)

A causa de estas cosas vino el diluvio sobre la tierra, por cuanto debido a la fornicación de los Vigilantes contra lo que les fue ordenado, pues se prostituyeron con las hijas de los hombres (libro de los Jubileos).

Cuando los hijos de los hombres se multiplicaron y les nacieron en esos días hijas hermosas, y los ángeles, hijos de los cielos, las vieron y las desearon para sí y se dijeron entre ellos: “Vayamos, escojamos mujeres entre las hijas de los hombres y engendremos hijos” (libro de Henoc).

Ordenad a vuestras mujeres y a vuestras hijas que no adornen sus cabezas y sus caras…pues de esta manera atrajeron a los Vigilantes antes del diluvio (Salmos de Salomón).

Y a Miguel dijo el Señor: Ve e informa a Semyaza (otro jefe de los demonios) y a los otros que están con él, los que se unieron a las mujeres para corromperse con ellas en todas sus torpezas…Aniquila a todas las almas lascivas y a los hijos de los Vigilantes por haber oprimido a los hombres (libro de Henoc).

Luego Uriel me dijo: “Aquí es donde estarán los ángeles que se han unido a las mujeres. Sus espíritus, tomando muchas apariencias, han corrompido a los hombres y los harán caer para que sacrifiquen tanto a los demonios como a los dioses, hasta el día del gran juicio, en que serán juzgados para ser perdidos” (libro de Henoc).
Los profetas apocalípticos atribuyen ahora el mal en el mundo a los ángeles conocidos como “los vigilantes”, pero ellos no han obrado solos, han tenido un aliado y este aliado son las mujeres, que les atrajeron con su belleza. Queda así plasmado el estereotipo de la mujer como seductora del hombre y aliada del maligno que originará la caza de brujas siglos después.

Esta visión de la mujer como seductora que corrompe y aleja al santo varón de su vocación de servicio a dios, la encontramos ya plenamente incorporada al cristianismo en la obra de San Agustín. Basta citar algunos pasajes de sus “Confesiones”, en los que relata cómo su atracción hacia la mujer le desvió de dios en su juventud: Reteníanme antiguas amigas mías…me tiraban del vestido de mi carne y murmuraban por lo bajo: “¿Nos dejas? ¿Y desde este momento ya no volveremos a estar contigo? ¿Y ya desde este momento no te será lícito ni esto ni aquello? ¡Qué cosas más sórdidas me sugerían! ¡Qué indecencias! Apártelas tu misericordia del alma de tu siervo…De tal manera me convertiste a ti que ya no deseaba mujer.

El “deseo de la mujer” en oposición a la entrega a dios y a la salvación del alma, estos son los elementos que subyacen al antifeminismo que nace con la corriente apocalíptica del judaísmo y que supera con creces al relegamiento de la mujer a un segundo plano que es la característica del machismo.

La apocalíptica explicaba el mal en el mundo por la fecundación de mujeres por ángeles y esperaba que la llegada de un Mesías o “hijo del hombre” dotado de grandes poderes acabaría con este estado de cosas y restauraría la bondad primigenia de la creación de dios. El judaísmo actual conocido como rabínico no procede de esta corriente. La corriente apocalíptica- mesianista (o apocalíptica- cristiana, que es lo mismo, pues Cristo es mesías en griego) llevó a la guerra contra Roma en los años 66-73. Los fariseos que colaboraron con Roma y con sus testaferros herodianos reconstruyeron el judaísmo excluyendo las creencias apocalípticas (a la que denominaron como “minim” es decir como herejes). El cristianismo sí procede evidentemente de la corriente apocalíptica y ha logrado conservar todos los reflejos de odio a la mujer, culpable de traer el mal al mundo al seducir a los pobres ángeles que dios había designado para vigilarlas y de desviar al hombre de su vocación de virtuosa alabanza de dios.

El cristianismo ha heredado tanto el machismo del Antiguo Testamento como el antifeminismo de la corriente apocalíptica- mesianista. No cabe esperar por tanto que culturas influenciadas o controladas por creencias cristianas logren una plena igualdad de género. La lucha por la igualdad de género debe considerarse como un componente más de una lucha más amplia: la lucha por liberar a nuestra sociedad de ataduras religiosas en que muchos encuentran la justificación para mantener situaciones que violan los derechos humanos.
Sólo una sociedad plenamente laica puede garantizar los derechos de la mujer y de todos los ciudadanos.


A PROPÓSITO DE LO QUEER EN AMÉRICA LATINA
Francesca Gargallo
francesga@yahoo.com



¿Existe, se expresa de algún modo el pensamiento queer en América Latina?
Pues no, en América latina no hay movimiento queer. Habemos un montón de raritas, más o menos desobedientes a no se sabe qué (porque somos obedientísimas a casi todas las órdenes, siempre y cuando se nos disfracen de libertad contraponiéndolas al orden que obedecimos anteriormente) , un montón de disidentes de un modelo aceptando otros diez modelos, y algunas verdaderas apartadas del modelo hegemónico del consumo de ideas. Si nos da tiempo, luego hablaremos del por qué algunas de estas rarezas son verdaderamente inspiradoras, y otras trampas del falo feminista.
Pero no hay nada que se parezca a la definición de movimiento queer de las sadomasoquistas californianas encabezadas por Gayle Rubin y Pat Califia, que juegan con el dominio y la sumisión, quitando a estas dos expresiones de la sexualidad a través del juego toda posible esencialidad sexuada y, sobre todo, la característica del privilegio social que tienen en las relaciones patriarcales.
Sinceramente creo que no. Lo digo pensando en mis caminatas por jardines costarricenses de hace casi diez años, con una amiga, una filósofa de la Universidad Nacional, que se sentía atraída por lo queer en su pensamiento ya que le permitía abstraerse de la necesidad de definir/asimilar una identidad sexual, lo cual era muy abierto, e inmediatamente después abogaba por una separación absoluta de las feministas y las lesbianas, lo cual era una incongruencia. Lo digo pensando en las y los compañeros de Letra S cuando se afirman queer e inmediatamente después denuncian la pedofilia como si fuera sinónimo de violación de infantes. Lo digo cuando me encuentro con la palabra queer como sinónimo de LGBTTT, en documentos de algo que llamaría irrespetuosamente el feminismo atontado de las agendas internacionales, y donde no hay asomo de una crítica lúdica a todas sus identidades, sino un conjunto muy correcto de deberes seres de los hombres homosexuales, las lesbianas, las y los bisexuales, las transgénero, travestis y transexuales, disfrazando con ello un deseo enorme que todas y todos fueran asexuales.
Claro está, sin embargo, que queer suena muy novedoso, muy moderno. En Estados Unidos y Gran Bretaña lo queer se conformó, a mediados de los años 1980, de la reunión de lesbianas sadomasoquistas, heterosexuales disidentes de los modelos monogámico y reproductivo de la heterosexualidad, de hombres homosexuales leather, de homosexuales feministas que reivindican la multiplicidad actitudinal de las mujeres, de las y los promiscuos, de las putas que gozan su trabajo y lo consideran liberador de los prejuicios sobre sexo por dinero y cuerpo como herramienta… En fin, lo queer se conformó de la reunión de quien se sentía –y era, concretamente era- víctima de una persecución por el ejercicio de sus sexualidades, implementada desde parámetros muy rígidos del derecho, la medicina y la moral común (entre ella la feminista y la gay que empezaban a exigir una auto vigilancia acerca de sus actividades sexuales a los miembros de sus comunidades) . Además lo queer, y la teoría queer que acompañaba la agolpada reunión de raritos y raritas angloparlantes, activistas de la deconstrucció n de los roles de género, se manifestó en un momento en que la epidemia del SIDA imponía un verdadero terror a la sexualidad y un retorno a morales de control y autocontrol.
Lo queer era práctico y la teoría queer se alimentaba de esas prácticas así como de pensamientos filosóficos y sociales muy atrevidos, provenientes de la antropología feminista de Gayle Rubin, de la historia arqueológica de las relaciones de poder de Michel Foucault, y aun de la aburridísima –según yo- futurista Judith Butler, con sus extraños géneros que quieren ser y no son aún algo cambiado. A lo queer se sumaron a lo largo de la década de los 1990 otras posiciones, como las prácticas contrasexuales performativas pregonadas por Beatriz Preciado y su crítica a la normativizació n de cualquier identidad, volviendo así muy dinámico lo que queer pueda significar.
De todo ello no encuentro en la producción teórica, en la práctica política, en las motivaciones para la conformación de grupos, nada parecido en América Latina.
Quien usa el término queer en América Latina, lo hace de la misma manera en que las feministas que prefieren dialogar con estados y estructuras internacionales antes que con mujeres iniciaron a utilizar el término gender o género, en la década de 1990, y las y los homosexuales el término gay, diez años antes. Son términos más limpios, ingleses además, nada callejeros, que dignifican la propia diferencia del modelo heteronormativo, sin necesariamente implicar revueltas sociales contra el modelo capitalista y la pos-modernidad neoliberal.
A diferencia de lo fuerte que fue en el mundo de habla anglosajón, queer en América Latina sirve para des-esencializar, entendido como despolitizar, a los movimientos identitarios sea de la rabia por las injusticia que viven desde su condición, sea del deseo de explotar en algo distinto a lo sublimado (respetabilidad, ternura, igualdad, salud), sea de la construcción de políticas que deshagan de una vez por todas las persecuciones por la diferencia del modelo misógino, heterocentrista, racista y anaerótico del capitalismo controlador. Queer implica aquí sostener absurdos como que las transexuales son mujeres – es decir no personas con una crítica encarnada en el propio cuerpo, profundamente revolucionarias de las pautas de normalidad que los sexos generizados imponen, sino mujeres: uno de los dos sexos reconocidos por el registro civil). Lo queer aquí sostiene que no puede haber sexo, sexualidad, deseo entre personas de una edad pre ciudadana (las y los menores) y las y los ciudadanos (mayores de 18 años) porque toda esa sexualidad se inscribe en relaciones de abuso de poder y en violación o imposibilidad de consenso de una de las partes, descontextualizando y des-historiando por completo el significado de pederastia (cual si todos los amantes menores de mayores fueran monaguillos violados por el cura o el obispo).
Es decir, queer en América Latina se utiliza para hablar de sexos raritos en un clima de términos bonitos, donde no hay putas, ni maricones ni tortilleras, sino de todo un poco sin pornografía y con un mercado turístico, antrístico y hotelero que paga impuestos y no se toma las calles.
Yo no soy queer porque mi sadomasoquismo es saltuario, sea en relaciones hetero que lésbicas, paso por temporadas asexuales, pero no me gustan mucho los dildos, y me reprimo de silbarle a unos culos maravillosos de chavas enfundados en faldas rojas o torsos musculosos de adolescentes en camisetas militares. Con ello no quiero hacer movimiento. Creo además que todo ello es mucho más “normal” de lo que la normalidad quiere reconocer, más aún ahora que está en crisis e intenta domesticar a las y los raritos. Yo soy política y vitalmente una feminista, es decir una mujer que cuestiona los determinismos de una biología determinada por un sistema jurídico determinado por un pensamiento moral que se sostiene en la división sexual del trabajo para la explotación de la capacidad productiva y reproductiva de todas las mujeres asignadas a los trabajos femeninos.
Como feminista considero que no hay sexualidades normales y otras raras, sino que todas las sexualidades son. Estoy en contra de todas las opresiones, en particular las morales, que informan al derecho y a las miradas científicas. Me encantan, por ello, mis amigas brasileñas cuando publican falsos artículos con títulos llamativos: “Científicos homosexuales descubren el gen del cristianismo”, por ejemplo. Analizo el trabajo doméstico como una forma de explotación no remunerada. Me reúno con otras mujeres feministas para ponerle fin al sistema que une el sexo a la invención de razas humanas (racismo) y a la jerarquía de clases (clasismo) para la opresión de las mayorías. Como feminista escribo, pienso en diálogo, construyo un conocimiento relacional y no objetual con las personas y la realidad social y física, canto, bailo, gozo, me movilizo. Por supuesto, analizo el control sobre la reproductividad de las mujeres y la “salud” de los productos como parte de un sistema económico opresivo de la libertad humana. Igualmente como feminista asumo una responsabilidad con la madre tierra; si identifico algo de mí con ella, es porque me siento parte de un mundo más complejo del que sólo le da la primacía a los seres humanos. Si siento algo religioso en esta identificació n, algo mágico, espiritual, sobrecogedor, probablemente es porque entre las raritas habemos más que sólo sadomasoquistas.

LAS NIÑAS EN EL PAÍS DE LAS PESADILLAS


LAS NIÑAS EN EL PAÍS DE LAS PESADILLAS

Patricia Karina Vergara Sánchez
pakave@hotmail.com


C, quien tenía nueve años de edad, llegó en el 2007 a vivir al Distrito Federal e ingresó al cuarto año de primaria cuando el ciclo escolar ya estaba iniciado. A los cuatro días de haber llegado a su nueva escuela, dos niños de diez y once años le tocaron las nalgas. Ella los denunció de inmediato con su familia y en la escuela. Mientras la maestra les llamaba la atención, los agresores portaban un rostro de profundo arrepentimiento y tristeza. C, conmovida, preguntó a una de sus compañeritas de salón de clases, si había hecho bien o mal al denunciar. La respuesta fue: “Imagínate, tú los aguantaste cuatros días, nosotras llevábamos todo el año aguantándolos”.

Sin embargo, en la reunión mensual de madres de familia, cuando se tocó el tema, las voces de las madres de los varones justificaban: “Las niñas son unas llevadas, las niñas los provocan”.

A C no volvieron a tocarla, pero sí a susurrarle algunos insultos y apodos. La violencia en el salón fue creciendo al grado de que ya tres o cuatro chicos rodeaban a una niña para aislarla y le tocaban el cuerpo. Ninguna denunció.

Luego, vino una revista pornográfica, objeto con el cual se acercaban varios niños hacia las niñas, para preguntarles si sabían masturbarse. El tono de la pregunta era el mismo que si fuese utilizado de un hombre adulto a una mujer podría usarse para denunciar acoso sexual. Las madres de estos chicos hablaron de un natural período de curiosidad sexual, la agresión hacia las niñas era un tema muy secundario.

En el siguiente ciclo escolar hubo un cambio de maestra. Se dijo que era necesaria una mano más firme para tener controlados a muchachos tan problemáticos. La nueva maestra los llenó de trabajos y tareas, los mantenía ocupados todo el tiempo en la escuela y en la casa. Hojas y hojas llenas de trabajos para entregar. Los padres y madres de familia estaban contentos con los niños y niñas agotados todo el tiempo. Sin embargo, las agresiones a las niñas no se detuvieron. La práctica se extendió: “Mamá, no puedo decirle a la maestra, Oscar es el más aplicado del salón, el consentido y además ni van a decirle nada”. En efecto, la consigna continúo: La culpa es de la niñas, para qué se llevan, por qué no se dan a respetar.

¿Qué es darse a respetar? Es una obligación que el discurso actual asienta sobre los hombros de las niñas en donde se espera que en su interacción con los niños sean tranquilas, amables, que no empleen palabras inadecuadas, que no tengan juegos bruscos con ellos, que se sienten en forma adecuada, con la espalda erguida y con las piernas juntas; que vistan de determinada forma, no provocativa. Que sean pasivas, que sobre ellas recaiga el peso de evitar cualquier confrontación con los otros. Si una niña no es tranquila ni amable, dice groserías, si juega brusco, se sienta en forma inadecuada, viste de la manera en que su búsqueda de identidad se lo dicta o simplemente no es pasiva, o, por la razón que sea, no cumple con los parámetros marcados por este discurso, entonces se le culpabiliza de cualquier desavenencia que pueda ocurrir. Como si el hablar incorrectamente, sentarse o vestirse como le resulte más cómodo fuera justificación para ser violentada. Lo curioso aquí es que también aquellas que siguen la norma de lo preescrito de todas formas son maltratadas y escuchan el mismo discurso de la provocación. No hay modo de ganar para ellas. Cuando, en realidad, nadie tendría que ganar nada, nadie tendría que esforzarse por obtener un trato decoroso. El respeto es un principio fundamental de convivencia humana. No se trata de “merecerlo”, “conquistarlo”. A ningún joven varón se le mide con el mismo parámetro. Ningún niño es señalado por que usó una palabra inadecuada o vistió ropa corta, nadie lo descalifica con el argumento de que No supo darse a respetar. Ellas tendrían que poder esperar y exigir ser respetadas por el sólo hecho de ser humanas.
Recientemente, una investigación de la Universidad de Huelva, titulada Análisis de la violencia hacia las niñas en la escuela primaria, revela que la mayoría de los agresores son niños y la mayor parte de las víctimas, niñas. “En las entrevistas en profundidad se comprobó que ellas van asumiendo desde niñas el rol de víctimas, tienen que ser sumisas; mientras que los niños, ante un problema, responden: pego a quien sea”, explicó Emilia Moreno Sánchez, directora del trabajo[1].
Sobre los datos anteriores obtenidos en España, cabe acotar que, de acuerdo con la investigadora Carmen Castillo Rocha[2], los niveles de maltrato entre estudiantes –incluyendo a hombres y a mujeres -, comparados en un estudio realizado en Yucatán, México, presentan niveles más altos que en los estándares españoles.
C cambió de escuela este 2009 para su último ciclo escolar en la primaria. Sin embargo, no cambió de realidad. Como en todas las escuelas de hoy, está presente el bullyng, “un comportamiento prolongado de insulto verbal, rechazo social, intimidación psicológica o agresión física de uno o unos niños hacia otro que se convierte en víctima”[3]. Es un fenómeno duro que convive en un mismo tiempo y espacio con la falta de respeto hacia la diferencia, cualquiera que ésta sea, el color de piel, el peso, la talla, el usar lentes, aparatos ortopédicos o de ortodoncia, cualquier excusa pareciera válida.

Incluso, niñas que agreden a niñas, en un ambiente que constantemente las obliga a rivalizar por el aspecto físico, por calificaciones en asignaturas, por la ropa que portan, por quién resulta más agradable a los ojos de los otros, por quién opaca, por quién humilla, quién demuestra ser mejor que la otra.

No sólo está presente con diferentes matices en el alumnado si no en el propio cuerpo docente. Como el maestro de matemáticas aquel, que obligó al alumno a quitarse la pulsera que portaba porque “es de niñas” y amenazó a todo el grupo con cortarles con tijeras las pulseras a todo aquel niño que las portara, ignorando por completo las leyes en contra de la discriminación y el respeto a la integridad de los jóvenes. O, el que se permitió arrojar a un lado los pupitres para amedrentar a los alumnos. Es decir, el maltrato, la intolerancia sembrada desde las primeras experiencias de socialización para los hombres y mujeres que construirán la realidad más próxima.

A todo ello, es necesario sumar el ambiente general que rodea a las alumnas, camino a la escuela, dentro de la escuela y en el camino de vuelta a sus casas: Palabras obscenas murmuradas o gritadas a voz en cuello al paso de las niñas, por sus compañeros o por hombres de diversas edades que las acosan en las calles, en el transporte público. Palabras que aluden a su sexualidad, palabras que lastiman su autoestima, señalamientos sobre el aspecto de los cuerpos cambiantes de aquellas que apenas están aprendiendo a desenvolverse en la vida diaria. Lo peor, en ocasiones las palabras se tornan en tocamientos indeseables.

Para C, aún en el nuevo plantel, la violencia escolar no termina: el niño que le pidió ser su novia y al cual ella rechazó, la señala, la persigue, le ha puesto apodos. En dos ocasiones le ha hecho ofrecimientos: Dejará de llamarla con sobrenombres, si acepta ser su novia; dejará de hostigarla, si acepta ser su novia.

Situaciones muy parecidas viven otras compañeritas suyas. Las niñas saben ya bien a estas alturas que no pueden recurrir a las autoridades escolares porque, perciben, que no tomarán ninguna acción significativa y que probablemente les repetirán el discurso de que deben darse a respetar. Además, hay familias que todavía las culpabilizan a ellas, las sancionan, las violentan si denuncian lo que les ocurre. Entonces, toman las únicas acciones que están al alcance de niñas de diez, once y doce años: Ellas, a su vez, les gritan insultos, todas la palabras fuertes con que se les ocurre rechazarlos. Intentan patearlos o abofetearlos cuando se les acercan demasiado. También, optan por el correr, escapar, cuando ven aproximarse a quienes les hostilizan.

Las salidas que estas niñas encuentran no son sencillas ni completamente efectivas. Es injusto el que se vean obligadas a correr cuando va hacia ellas el agresor. Dejan la charla con sus amigas, el material de la escuela, el almuerzo para después. Muy probablemente, el vivir en la constante renuncia no es un camino que les siembre fortaleza. Qué elementos de autoconfianza, de supervivencia les estamos facilitando. Hay que preocuparse. Un estudio reciente avisa:"el número de suicidios femeninos se reduciría en un 10% si se eliminara la frecuente victimización escolar de las niñas”.[4]

Por otra parte, la respuesta física puede ser peligrosa. Un ejemplo de ello le ocurrió a V, que también acude a una escuela en el Distrito Federal, a quien en la aglomeración a la hora de la salida del salón de clases, un compañero suyo le tocó las nalgas y ella volteó para abofetearlo. Él la tomó por el cuello y la apretó contra la pared hasta cortarle la respiración. Sólo cuando se asustaron algunos compañeros y compañeras acudieron en la ayuda de V para que fuera liberada. V quedó con las marcas de los dedos del agresor por días.

Las niñas padecen la constante arbitrariedad de quien las violenta, pero además no deben responder porque a partir de ello, ante autoridades, ahí sí, el varoncito será escuchado: “Ella también me insultó, ella me gritó tal cosa, ella me pateó, me arañó”. ¿Ya ven, cómo son ellas las responsables? Generalmente, las autoridades se lavan las manos diciéndoles que se respeten mutuamente. No analizan el trasfondo de estos conflictos, en donde una jerarquía cultural de géneros está presente en estas relaciones agresivas, en estas imposiciones de modos de relacionarse. En donde ser niña o ser niño, todavía, implica distintos accesos al poder cotidiano a protegerse o no, a ceder o no, a ser respetadas o no. Entonces, si denuncian, si no denuncian, si toman su propia defensa verbal o física, si corren, las niñas llevan las de perder.

Aquí podemos citar las consideraciones de Emilia Moreno, junto al profesor Enrique Vélez González, en un artículo publicado por la Red de Investigación Acción Colaborativa.[5] “Educar para formar a la ciudadanía obliga a incluir la perspectiva de género en la educación y cuestionar las construcciones culturales, sociales e históricas que determinan lo masculino y lo femenino. Estas construcciones asimétricas establecen las relaciones de poder dando lugar a la subordinación y la discriminación de la población femenina”.

Es imprescindible tomar medidas, no para luego. Ya durante demasiado tiempo, el que un chico empuje a otro, los apodos, el que una niña insulte a otra, las burlas, o que estudiantes excluyan a otro, han sido vistos como hechos normales y los adultos no hemos intervenido. Igualmente, el que un niño tire del cabello a una niña, rompa o le arrebate un objeto, agreda desde la desigualdad entre hombres y mujeres, se ha naturalizado. El que suceda cotidianamente no lo justifica. Es necesario atajar la violencia antes de que alcance grados más altos. Un ejemplo de las consecuencias posibles: La violencia en nuestro país, cuando llega al nivel de la escuela secundaria, puede alcanzar extremos tales como el secuestro express, la violación y el asesinato[6].

Por supuesto, que no todo es responsabilidad del centro escolar, los niños, las niñas, los jóvenes al llegar a casa y encender la televisión muy probablemente se encontraran con la escena de un hombre que da malos tratos a una mujer y luego ambos se reconcilian porque se aman; al abrir una revista verán el anuncio comercial cuyas imágenes son una oda a la anorexia; prenderán el aparato de sonido y escucharan la música de moda, no sólo el reguetón, toda, con sus consignas misóginas. Más duro aún, quizá también estarán inmersos en familias que repiten y perpetúan modelos patriarcales, que violentan, que restringen.

En efecto, la cotidianidad está construida de violencia hacia las mujeres. Sin embargo, sí podemos incidir en la parte que nos toca. Este llamado es a los maestros y a las maestras frente al grupo, a las directoras, a las mujeres en el sistema educativo, es una invitación a preguntarnos sobre los abusos de poder cultural y social entre hombres y mujeres que estamos fomentando dentro del salón de clases en la educación básica y su relación con la existencia del hombre que nos acosó, que nos gritó insinuaciones sexuales por la calle en el camino para asistir a nuestros espacios laborales ¿Podría ser uno de nuestros alumnos dentro de unos años?

La profesora Emilia Moreno nos sugiere: “Para evitar situaciones violentas en los hombres, hay que empezar por educar a los niños y tratar de no relativizar situaciones conflictivas alegando que son cosas de niños. La violencia machista, desde luego, no lo es”[7].

Vamos a preguntarnos sobre las agresiones hacia las mujeres que ocurren en las calles, en las manzanas alrededor del centro de enseñanza y la permisividad con la que se está fomentando que estos jóvenes maltraten a las jovenas. Teniendo en cuenta que en unos meses, un par de años quizá, estarán fuera del centro educativo, podemos visualizar que la violencia se repetirá afuera. ¿Cuántos casos habrá ante el Ministerio Público que se presentan en una localidad, cuando pudieron haberse detenido tiempo antes por las autoridades escolares que podrían haber mostrado al niño o al joven lo inaceptable de este tipo de violencia?

Qué estamos sembrando al responsabilizar a las niñas que han padecido violencia escolar hacia las mujeres con el discurso de Las llevadas, las que no se dan a respetar que termina en la impunidad hacia el agresor. Un problema que señala la investigadora Carmen Castillo, es la violencia institucional: “las autoridades escolares que, cuando finalmente los estudiantes y familiares exponen sus quejas por abuso, niegan el problema, protegen a los agresores y exponen a la víctima”[8].

Hay un efecto dominó entre la impunidad y la violencia sistémica que resulta en los violadores, golpeadores y asesinos de mujeres y el discurso todavía vigente de “Ellas lo provocaron”…por usar falda, por usar pantalón, por dirigirles la palabra, por no dirigirles la palabra, por estar en la calle de día, por estar en la calle de noche, porque decidió salir a trabajar, porque decidió no salir a trabajar, porque la sopa estaba fría, porque la sopa estaba caliente…porque sí. Son ellas las que lo provocan. Oswaldo Morgan que asesinó a su novia con 25 puñaladas dice que ella lo provocó, ¿Quién provoca recibir 25 puñaladas? El niño que tomó por sorpresa la hoja en donde C estaba anotando el teléfono de otro niño y la rompió en pedazos, dijo que estaba jugando, que así se llevan, aún cuando ella lo negó El niño que besó a O a la fuerza dijo que ella lo había provocado ¿Es tan alejado un camino de otro, o son consecutivos?

Hablar de la educación primaria es recurrir sólo a un ejemplo, la educación en todos sus grados presenta distintas formas de maltrato hacia las niñas y mujeres. Sin embargo, hay un común: Se trata de uno de los espacios donde se asientan con más fuerza las raíces de la violencia hacia las mujeres.

Por supuesto, hacen falta políticas por parte de los Estados y el generar conciencia social sobre la problemática. A docentes y directivos, intervenir en la prevención, y contención de la violencia; enseñar a los y las alumnos a intervenir, a no permitir prácticas de abuso. Es necesario exigirlo, buscarlo y trabajarlo para cambiar los hechos. Sin embargo, mientras tanto, no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Maestras, profesoras: Por solidaridad de género, por conciencia de ser mujeres, porque padecemos el mismo techo de cristal en donde, habiendo tantas mujeres preparadas, los puestos de dirección y reconocimiento se dan en mayoría a los varones; porque en nuestra labor cotidiana podemos vivir acoso de padres, trabajadores, otros funcionarios, y hasta de alumnos; por ser mujeres que vivimos en este país injusto para con las mujeres. Por una noción elemental de justicia, no repitamos discursos opresivos contra las nuestras, ni permitamos que las propias alumnas los repitan. Si por ahora las investigaciones sobre la violencia escolar en nuestro país son insuficientes, podemos comenzar a dialogar, a discutir a informarnos, a ensayar formas de construir conocimiento y vida no sexistas. No sembremos en nuestras aulas más tiranía contra las niñas, contra las mujeres, contra nuestras compañeras de hoy y de mañana.



[1] Carballar, Olivia. El ‘bullying’ también tiene género. Sevilla, 2008.
http://www.publico.es/espana/123646/bullying/genero
[2] Castillo Rocha Carmen y Pacheco, María Magdalena. Perfil del maltrato entre estudiantes de secundaria en la ciudad de Merida, Yucatán en Revista Mexicana de Investigación Educativa, año/Vol. 13, número 038. Consejo Mexicano de Investigación educativa. Distrito Federal, México. pp.825-842
[3] Matey, Patricia. Las niñas que ha sufrido acoso escolar tienen más riesgo de suicidio que los chicos. El Mundo. Madrid, 2009 http://argijokin.blogcindario.com/2009/03/10246-las-secuelas-del-bullying-tienen-genero.html

[4] Matey, Patricia. Las niñas que ha sufrido acoso escolar tienen más riesgo de suicidio que los chicos. El Mundo. Madrid, 2009 http://argijokin.blogcindario.com/2009/03/10246-las-secuelas-del-bullying-tienen-genero.html
[5] Carballar, Olivia. El ‘bullying’ también tiene género. Sevilla, 2008.
http://www.publico.es/espana/123646/bullying/genero

[6] Castillo Rocha Carmen y Pacheco, María Magdalena. Perfil del maltrato entre estudiantes de secundaria en la ciudad de Mérida, Yucatán en Revista Mexicana de Investigación Educativa, año/Vol. 13, número 038. Consejo Mexicano de Investigación educativa. Distrito Federal, México. pp.825-842
[7] Carballar, Olivia. El ‘bullying’ también tiene género. Sevilla, 2008.
http://www.publico.es/espana/123646/bullying/genero

[8] Castillo Rocha Carmen y Pacheco, María Magdalena. Perfil del maltrato entre estudiantes de secundaria en la ciudad de Mérida, Yucatán en Revista Mexicana de Investigación Educativa, año/Vol. 13, número 038. Consejo Mexicano de Investigación educativa
Distrito Federal, México. pp.825-842

PROBADITAS DE CONTRA AMOR.

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