lunes, 30 de diciembre de 2019

El cine emociona, pero también… asombra o asusta: Las 10 (bueno un poquillo más) películas de terror/horror del 2019.



El cine emociona, pero también… asombra o asusta: Las 10 (bueno un poquillo más) películas de terror/horror del 2019.

Diana Marina Neri Arriaga.

El terror/horror y yo, hemos hecho un trio constante que ya se volvió trieja desde hace ya bastante años: al principio lo vivía de modo intrépido, mórbido y extático, pero ya con el tiempo, los cientos de películas vividas con gritos y angustias, la reflexión y un poco de sensatez (jeje, ¿Qué es eso?) he entendido que saberme en este goce, es un modo de accionar experiencias intensas, y vivir “pruebas autoimpuestas” que decido me acompañen.
Por ello, sigo devorando con pasmo e intensidad este género, del cual pronto quiero escribir algún ensayo o textillo, para posicionarlo también desde lo académico o sencillamente para hacer la invitación a adentrarse y convivir escatológicamente con nuestros miedos, excretas o ascos. Mientras tanto, sin más preámbulos acá va mi top (esta es la segunda entrega) de las películas de terror/horror que más me han causado impacto en el 2019.   

Aclaración importante: Falta “El Faro” porque en México aún no la han estrenado, pero sé que será mi fascinación de los días por venir.

Este año he visto muchísimo cine del género (incluyendo las propuestas de Netflix) y por supuesto que no mencionaré bodrios como la “Llorona” o “Annabelle 3”, e incluso te puedo pedir que corras de la terrible decepción de “los 3 del infierno” de Rob Zombie (que mejor me quedo con su música aunque rescato House of 1000 Corpses, The Devil's Rejects, Halloween y The Lords of Salem), pero como sí hubo más de 10 que me causaron buenas platicadas e intensidades en la reacción corporal, entonces encontraras bastantes casos de empate. Y bueno ahora sí, de menor a mayor, la cuestión quedo así:

Primer empate:

10) Esta película es considerada por muchos como una bazofia, el esperpento de relleno para cine de terror de fin de año y aunque efectivamente “Negra Navidad” de Sophia Takal (tercera versión después de la canadiense de 1974 y el remake del 2006), pudo haber tenido una narrativa que consolidará las posibilidades de la defensa contundente de las mujeres frente al slasher (subgénero del cine de terror), y reconozco que se quedó como una fallida intentona de historia sobrenatural no verosímil, tampoco es tan, tan mala. Lo que sí me encanta, es que rompe con el cliché tradicional de la chica tonta/joven/rubia perseguida por el psicópata, sino que acá, las mujeres hacen frente, y dan un giro que me da ganas de aplaudir. La actuación de la Imogen Poots es bastante rescatable y es una película que incomoda y molesta mucho a los machines que son seguidores del género, dado que señala con agudeza los vaivenes del patriarcado (los tipos de la “hermandad” y su respuesta asesina es bastante parecida a lo que aquí y ahora nos está sucediendo en México) y pone de relieve la sororidad entre mujeres.


10)  Ma, (Tate Taylor). Me gusta mucho la actuación de Octavia Spencer y este terror psicológico tiene buenos momentos, aunque si he de decir que nos debió muchísimo a lo que la historia y la actuación de “Ma” podrían haber dado. Lo que pudo haber sido siniestro pasó a ser medio patético es el asunto de la venganza y el cliché de los adolescentes, pero la coloco en este espacio, por momentitos breves de oscuridad y el mero asomo de perturbación.  


9) “Pet Sematary o Cementerio maldito” Es el remake que muchas/os esperábamos de 1989 y que se basa en la novela homónima de Stephen King. (también vi este año la adaptación de “La hierba alta” la cual es mediana y por eso no aparece en esta lista). En general para las altas expectativas fue decepcionante, pero Kevin Kölsch y Dennis Widmyer hicieron en general un trabajo honroso con las leyendas, las maldiciones y las resurrecciones. Tiene buenos momentos, sobre todo muy apreciable la fotografía y su música, que, si bien se extraña a los Ramones, porque bueno, extrañamos el buen punk, dentro de todo, no lo hicieron tan mal los Starcrawler.



8) “Historias de miedo para contar en la oscuridad o Scary Stories to Tell in the Dark” de André Øvredal en general tuvo muy buena recepción, sobre todo por la producción de Guillermo del Toro. Aunque aparece en este top, no me resultó impresionante, aunque celebro la ambientación de los 60, y eso sí, la estética de los monstruos es maravillosa. Felicidades a quienes hacen este meticuloso trabajo. La recomiendo mucho visualmente, además para quienes se inician en este género y para quienes honran la memoria, reivindican historias olvidadas y saben hacer/contar/escuchar buenas narraciones. Solo basta decir, que está basada en la serie de libros infantiles de Alvin Schwartz.



Segundo empate

7) Brightburn: hijo de la oscuridad de David Yarovesky y un guion de Mark y Brian Gunn, es brillante en su edición y fotografía. Buenas actuaciones y en pocas palabras ¿Qué hubiera pasado si Superman no hubiese sido “buena onda? Y acá con esta película el resultado. Un final que no me convenció, pero que sin duda te tiene los noventa minutos que dura, muy interesada y atento/a en tu butaca. Celebro en particular la actuación de la maravillosa actriz Elizabeth Banks.


7) La viuda (Greta) dirigida por Neil Jordan es una película de suspenso psicológico de 2018, pero estrenada acá en México hasta este año. La coloco en este top porque el trabajo conjunto de Isabelle Huppert y Chloë Grace Moretz, me pareció que tuvo el buen encanto de la química. Se trata de una joven solitaria y bondadosa que se hace amiga de una viuda con la que parecería tener afinidades, pero que al final previsiblemente todo se conjura para que haya secuestro, tortura y suspenso. Supongo que por ser cine comercial o no ser propio del estilo del director, no se arriesgaron a escenas crudas e impiadosas, pero, aun así, tiene sus muy buenos momentos.


6) Otra más de terror sobrenatural estadounidense llegó con Eso (It) capitulo 2, de Andy Muschiettí. Secuela directa de la película de 2017 que causo mucha expectativa, pero tanta tanta, que para la mayora resultó en decepción. 27 años después el grupo de amigos marginales y repletos de complejos no resueltos, no sólo por los dramas fantasmagóricos de su niñez sino por un horrendo mundo de complicidad adulto centrista y violento hace que se reúnan para darle paso a la nostalgia, la declaración de amores perdidos, pero también para enfrentar al magno representante de su pasado (que en términos psicoanalíticos tiene mucho por deshebrar) y de una vez por todas cerrar el ciclo. Las actuaciones son buenas, pero lo que mucho/as confundió, es que hubo demasiada comedia y momentos hilarantes, para una película que nos debió un poquito más de terror, pero eso sí, con espectaculares momentos de efecto visual.


5) “El juego de Gerald”. Otra adaptación más de Stephen King, que llevó a Netflix a ser muy muy comentada, porque precisamente el terror/horror no es su fuerte, pero aquí el director Mike Flanagan (que aparecerá dos veces en esta lista) aprovecha una historia sencilla pero bien contada, a través del monologo de una mujer inmovilizada a una cama después de un juego sexual fallido, que da pie, a muy intensos momentos. En esta película es inevitable no acompañar a Jessie (Carla Gugino) en todo el trajín al que se queda expuesta. Muy, pero muy recomendable.




4) Otra más de Netflix, pero ahora a través de la película hasta ahora más lograda en su plataforma de acuerdo al género, y me refiero sin duda a “La perfección” de Richard Shepard, una película con imágenes contundentes que hace que mires desde diversas perspectivas y modos, un acontecimiento que tiene varios giros narrativos y que con un poquito de gore y mucho suspenso, te mantiene sin parpadear. Su atmosfera todo el tiempo es tensa, y como muchas películas si realmente se le quiere vivir de modo completo, es decir, intenso, es mejor llegar en blanco.

Agradezco mucho el juego que el director hace con nosotros/as, porque nos pone primero en una atmosfera y comprender muy bien el actuar de una de las protagonistas, pero luego en una segunda parte odiarla, pero luego en una tercera, comprenderla, y al final solidarizarte con ambas mujeres y celebrando la manera en que juntas llegan al final. La pieza última es perfecta. Por favor, corran a emocionarse con esta película de planos muy bien logrados.



Tercer empate

3) Doctor Sueño, de otra vez una adaptación de Stephen King y otra vez Mike Flanagan. Ahora le toca a Ewan McGregor ser un hombre con muchos conflictos y poderes psíquicos que se reúne con esa maravillosa niña para desarrollar una estrategia contra esos seres (lidereados por  Rose la Chistera interpretada por la muy buena actuación de Rebecca Ferguson) que vienen a buscarla y quererle chupar todita su alma. Una película que tiene dos públicos. El primero más exigente y que espera que esta sea una secuela a la altura de Kubrick (lo cual es absurdo en términos de comparación) y para el cual, todos los decorados del hotel fueron reconstruidos minuciosamente para replicar de forma exacta a los originales y para un segundo publico donde se encuentra el propio Stephen King, que solo piden una buena y clara adaptación a la novela original. Véanla y ustedes sabrán a que tipo de publico quieren pertenecer.






3) El muñeco diabólico o Child's Play de Lars Klevberg es un remake de los varios que ha tenido esta franquicia. Para empezar, me encanta Mark Hamill como la voz de Chucky, la tonadita de la canción gracias al compa con el que comparto vida, la traigo aún bien pegadísima. Es una película de terror/comedia, bastante ágil, con momentos absurdos e inverosímiles, pero bien interpretada que tiene a las personas de mi generación, bastante atentos, nostálgicos y abriendo vetas de reflexión sobre la inteligencia artificial y sus caminos “malévolos”, pero sobre todo de una muy clara metáfora del amor violento, obsesivo, ese que lleva a la muerte, dicho de otra manera, a los feminicidios.
Acá les dejo la mentada cancioncita para que noten de lo que hablo: https://www.youtube.com/watch?v=KNRf0Nvpp6M


2) “Nosotros” (Us) de Jordan Peele de quien es la producción, guion y dirección. Una familia andando de vacaciones se da cuenta después de un día completito en la playa que hay otra familia igualita a ellos, pero en versión “malvada” esperándolos en casa. Una película que pone de relieve la lucha de clases y donde conocemos a una Lupita Nyong'o muy bien plantada. Para algunos seguidores del género les decepciono lo que consideraron un fallido final, y aunque efectivamente dejan algunos hilos no tan claros y si medianamente abiertos, la historia es cautivante, así como sus posibilidades. Escalofriante.



Y último cuarto empate por el primer lugar:

1) “Midsommar: el terror no espera la noche”. Segunda película de Ari Aster. Ya veníamos inquietos por Hereditary, entonces no sabíamos que esperar y de pronto llegan 147 minutos de blancura (un horror que no necesita de la noche) y una actuación espectacular de Florence Pugh y ¡zaz! Todo se vuelve intensamente escalofriante.
Desde un inicio empatice con Dany (Pugh) y su llanto, su tragedia, se volvió mía. Así que cuando se va a Suecia y nos lleva al viaje de hongos y estamos en medio del cielo azul, sol brillante y personajes simpáticos participes de toda una celebración que se mira vivificante, no sabemos de la siguiente parada. Y viene la perturbación, y poco a poco todo lo ritual, encaja, y las figuras, los símbolos, el ser ungido en sus deformidades poco a poco van cobrando sentido, hasta entender que estamos frente a un subgénero llamado Folk Horror. Si has visto El hombre de mimbre” o “la bruja” siempre rodedadas de leyendas, zonas alejadas de la contaminada civilización, rituales y magia, sabes de lo que estamos hablando. Una película indispensable además para darse cuenta de que no necesitas esperar una tragedia para alejarse del novio egoísta y ensimismado y que además al final, aunque tu no seas amiga intima de algunas mujeres, ellas estarán ahí para acompañarte en tu dolor.



1)Suspiria. Terror sobrenatural italiano-estadounidense de 2018 pero que se estrena en México en enero del 2019 y por eso está aquí. Porque además nunca pensé que Luca Guadagnino podría darle vida a los que ya, hace muchos años atrás nos había dado Dario Argento. Afortunadamente me equivoque y la mancuerna entre Dakota Johnson y Tilda Swinton (en su doble personaje), es espeluznante. Un aquelarre de brujas que termina con un paroxismo frenético y 152 minutos donde estamos expectantes ante bailarinas, secretos, ocultismo, y una disputa de poder entre brujas. Visualmente es magnifica y el rojo abunda, sobre abunda. La fotografía es delicada, pero también brutal y la banda sonora compuesta por Thom Yorke es delirante. Además, aunque no resuelto el entorno histórico-político, nos muestra una sociedad fría, desencantada que aún tiene mucho que narrar, aunque de horror se trate.



¿Qué tal? ¿llegaron hasta acá y se entusiasmaron con alguna película acá presentada? ¿Ustedes cuales ya vieron? ¿Cuáles piensan que fueron/son importantes en el género y no están aquí?

Me encantaría estos contenidos compartirlos visualmente a través de las aventuras de una bruja filósofa https://www.youtube.com/channel/UCydrcfRrrly9NgdePosvmzA, así que estaría bien chido que te suscribieras  para que me anime y regrese a narrar sobre cine, y sobre todo aquello que escandaliza, estremece y nos pone abiertas a platicar, a compartir.

Y ya, ya merito la tercera y última entrega de las películas íntimas del 2019.







viernes, 27 de diciembre de 2019

¿Qué cine mexicano fue el que nos inundó o estremeció en este 2019?

¿Qué cine mexicano fue el que nos inundó o estremeció en este 2019?

DIANA MARINA NERI ARRIAGA.

Spoiler: Este compartir esta sesgado y parcial, no leerás una crítica de cine sesuda, dado que no soy especialista en el tema, pero sí una obsesiva apasionada de vivir cine, y por ende, posiciono directamente las películas que vi y de manera directa me involucré fuertemente con ellas. ¡Ah!  Sin embargo, también menciono las que según la crítica de tomatoes, son las mejores situadas del año.

Antes de comenzar, una idea chiquita pero importante. Acá no encontrarás nada referente a “No manches Frida” “Mirreyes contra Godínez” o similares y anexas. Esos son productos comerciales de entretenimiento y siendo muy grosera a la Horkheimer y Adorno entiendo que en el ámbito de la cultura, estas películas cumplen la función social de control de masas, siendo parte de la “industria cultural” donde pretenden “acomodarse” a las supuestas necesidades del consumidor” (al fin y al cabo, perpetuar la ignorancia y la broma facilona, clasista, misógina), en pocas palabras, entretenimiento para un consumidor pasivo.

¡Ah! No quiere decir esto que desprecie el entretenimiento o que exija que todo cine sea arte, porque acá la cuestión se pondría espinosa y llena de aristas, sin embargo, a mi encanta disfrutar los tiempos de la vida (cuando disfrutar no digo reír o gozar, sino abrir un caleidoscopio de emociones, y la tristeza y el dolor, me guste o no, son parte del camino) y el cine tiene muchas puertas y ventanas para ello.

 Después de este rápido vomito, esta primera (de tres) entrega sobre cine, hablará de las súper películas mexicanas que este 2019 nos dejó claro que, en este país, se sigue haciendo muy buen cine y que no necesariamente de los tres “clásicos” son solo los protagonistas, sino hay una basta variedad de directoras y directores que a continuación comento:

1)    Esto no es berlín, estrenada en diciembre y que formó parte del festival de Sundance 2019. Hari Sama (lo ame por el sueño de Lu) es un director que además participa en un grupo de música (Eurídice) y que seguro retoma los recuerdos presentados en su propia juventud, porque precisamente esta película recupera movimientos artísticos y contraculturales que nacieron de los años 80. No tiene el presupuesto de “Roma”, pero logra recuperar con planos cerrados y muy buen logro de detalles lo acontecido en la búsqueda interna de un chaval burgués que tiene las típicas preguntas existenciales pero ambientadas con una exploración sexual interesante, como interesante los antros, la música, la narrativa. El resultado, una historia muy bien contada que hace que las/os que andamos en la generación X suspiremos doble.
  
2)    Cómprame un revolver, me ha cautivado su riqueza narrativa a través de las imágenes y la actuación de los infantes. Del director Julio Hernández Cordón (el de la maravillosa “Te prometo anarquía”) es una película que parece el futuro, pero es el presente, que desde un rostro de niña nos embarra de la violencia, del desencarne que ya nos escupe en las comisuras todos los días. Una película con la que terminas desencantado y de brazos caídos, pero una película necesaria.


3)    Chicuarotes, del compa Gael García Bernal. Cruda, aunque a veces es un poquito complaciente, y que sin duda una y otra vez desde distintos modos, explora el desencanto, la desesperanza y el nihilismo ante un futuro que es, lo que es. Y no, no es una contradicción. “Chicuarotes” es como llaman a los pobladores de San Gregorio Atlapulco en Xochimilco. Muy buenas actuaciones de lo/as jóvenes y un final abierto, que ha muchos decepcionó. A mi no.

4)    La camarista, opera prima de Lila Áviles, donde Eve (Gabriela Cartol), nuestra protagonista evidencia con claridad y contundencia la lucha de clases. Ella trabaja en un gran hotel y la atmosfera siempre es a propósito totalmente asfixiante, es tímida y pasa casi desapercibida, quiere lograr al “éxito laboral” al llegar al piso 42 y a partir de la relación de tiempo y espacio con quien se establece poderosas metáforas, muestra a los invisibles, da voz a los que, para variar, en este mundo podrido, están sin voz y trabajan, trabajan, trabajan.


5)    Las niñas bien, de Alejandra Márquez Abella tuvo la magnífica interpretación de Ilse Salas y donde queda retratada la sociedad burguesa de los ochentas. Ambiente donde vivió Guadalupe Loaeza y de quien precisamente está basada en su novela de 1987. Hipocresía, doble moral, “adaptación” ante la adversidad, modos identitarios también de este país.


Me quedé con muchísimas ganas de ver, Con el diablo entre las piernas (Arturo Ripstein), se me fue del festival, pero la estrenaran por ahí de febrero. Poetas en el cielo (Emilio Maillé) dicen que visualmente es muy poderosa. También se me fue, pero prontito también veré El Sueño del Mara'akame, (ópera prima de Federico Cecchetti) premiada por el Festival Internacional de Cine de Morelia y ganadora de dos premios Ariel, porque además quiero conocer cinematográficamente a la comunidad huichol de Jalisco. Asfixia (Kenya Márquez) he leído que es maravillosa y me encantó la reseña de Fernanda Solorzano así que la voy a buscar, y aunque le tengo cierta resistencia a Complot mongol y Mentada de padre, también las veré.

Suscribo totalmente al actor norteamericano Giovanni Ribisi (no me cae bien por cienciólogo, pero me late como actor y por esta frase) cuando dice “Casi podría decir que es mi religión. Supongo que suena pretencioso, pero yo quiero vivir y respirar cine.”

Así que hoy les invito con mucha querencia, que vivan cine y luego lo compartan, lo parlen con muchas personas, lo visibilicen como lo que es, una deliciosa impostura ética, estética y política.








martes, 10 de diciembre de 2019

Historia de un matrimonio (Noah Baumbach, 2019)

Historia de un matrimonio (Noah Baumbach, 2019) es la historia de muchísimas personas que acá fuera se viven los caminos de la monogamia y la heterosexualidad (léanse ambos como dispositivos hegemónicos de poder) y que aún cuando haya amor (o esa intensa mezcla de afectos de los que poco se reflexionan, pero sí mucho se desbordan) no se pueden armar las piezas, no terminan de encajar, aun cuando ambos intentan desde sus modos sociales “estar” para/con el otro/ la otra, pero que otra vez… el amor nunca es suficiente.
Ella y él, se “hechizan”, se enamoran, y de pronto… motor consecuente de esa volcadura, están casados y ya están embarazados. ¿y sus carreras? ¿y sus proyectos? ¿y sus individualidades? Cada uno a su modo en tiempo y circunstancia (por cierto, magistral en sus actuaciones) reprocha que “dejó” lo que anhelaba, lo que le hubiese gustado vivir, por el otro, por la otra. Y el intermediario del sacrificio, el pegamento “necesario”, es el amor.

Viene después la zona de confort, los roles sociales establecidos. Él se cada vez más exitoso, ella, cada vez más su costilla. Ambos se aman, y en la primera escena de la película son muy claros (en su introspección) en reconocer sus potencialidades, la escena final, pletórica de cariño es devastadora para el espectador/a (bueno, lo fue para mí).

Y sí, la película es precisamente la historia de la cotidianidad de una pareja que cuando dice adiós y se conjuga el rencor (ella) y la falta de interés de avanzar en el camino (él) le dejan la puerta para que intervenga el mundo jurídico que es rapiñamente voraz. ¡Wow! Que icónica escena de los abogados de ambos, retomando hasta el mínimo detalle para herir, para demostrar lo que es absurdo demostrar (de acuerdo a la lógica narrativa), para dar la estocada que los hunda cada vez más en el desencanto de que no hay mañana posible.

Aquí me detengo para compatirles el monologo de Nora Fanshaw ( Laura Dern), cuando preparan los detalles de la audiencia con Nicole (Scarlett Johansson) y apela con claridad:

“Te voy a parar ahí. La gente no tolera a las madres que beben y le dicen a su hijo ‘cabroncete’. Lo entiendo, yo soy igual. Un padre imperfecto es aceptable. El concepto de buen padre solo se inventó hace unos 30 años. Antes era normal que los padres fuesen callados, ausentes, poco fiables y egoístas. Claro que queremos que no sean así, pero en el fondo los aceptamos. Nos gustan por sus imperfecciones, pero la gente no tolera eso mismo en las madres. Es inaceptable a nivel estructural y espiritual. Porque la base de nuestra patraña judeocristiana es María, la madre de Jesús, que es perfecta. Es una virgen que da a luz, apoya incondicionalmente a su hijo y sostiene su cadáver al morir. El padre no aparece. Ni para echar un polvo. Dios está en el cielo. Dios es el padre y Dios no se presentó. Tú tienes que ser perfecta, pero Charlie puede ser un puto desastre. A ti siempre te pondrán el listón más alto. Es una jodienda pero es lo que hay”.

¡Carajo! ¿Más ejemplos para entender los roles sociales que la heterosexualidad patriarcal nos ha impuesto? Porque además Charlie (Adam Driver) es un buen tipo, una persona noble y considerada y sí, el clásico masculino que ha sido formado para comunicarse poco desde sus emociones (sí aunque sea actor, y sí aunque llore mucho), pero que responde muy bien a nivel familiar como proveedor y hombre sólido.

Ella, intensa, talentosa y desorganizada, madre comprometida y que hace (lo que muchas mujeres para tomar las riendas autónomas de su vida) divorciarse. Se da cuenta que es posible buscar más allá de ese lugar llamado matrimonio que “funciona” para organizar e institucionalizar nuestros afectos, y que es posible saberse autónoma, valiosa, reconocida, desde su propia construcción.

Un divorcio ante un hombre que no entiende nada. (Imagino en la sala o frente a su pantalla en Netflix cuantos no se quedaron estupefactos) porque, precisamente en la zona de confort que se estaciono para vivir, Charlie piensa que lo hizo bien, con lo que se supone se debe vivir bien, y que ahora le corresponde si así lo decide desaprender, y dar cuenta de que no se trata de un problema de incompatibilidad de pareja (aunque también lo sea) sino de todo un sistema que nos domestica en el amor y el modo de “realizarlo”, cuando el problema es más profundo, más complejo, y por supuesto más desgarrador.

Respeto muchísimo que el director de Historia de un matrimonio (Noah Baumbach que de algún modo toma un trozo de su propia historia de separación) no hace juegos maniqueos, ni cae en melodramas o autocomplacencias. No hay moralejas o ilusiones, sino un espejo social que duele mucho para todas las personas que hemos buscado no ser otro/a más, que lloré por amor.
Por favor, ve la película, (yo he llorado bastante) platica y reflexiona en colectivo, que lo que ahí pasa, a los adultos de hoy nos pasa, es también parte de las soledades e incomprensiones de todo un reacomodo político de la complejidad humana.

PROBADITAS DE CONTRA AMOR.

  Tiene mucho que no hablo de contra amor, y ya es urgente retomarlo en términos de la palabra escrita y hablada para compartir, ya que en l...