Desde hace muchos años, la reflexión sobre
nuestros afectos, en particular esos que hemos llamado “amorosos” me han
cautivado, dado que soy una mujer cogelona, afectuosa y que sentí-piensa que lo
personal es político, siempre, siempre. He entendido poco a poco que la
política de nuestros afectos requiere en todo momento de una descolonización
que tiene como herramienta al feminismo radical. Todo ello se lo he aprendido
con descalabros y reveses a una compañera que me ha cimbrado la vida. Desde la
primera que la leí, se me rompieron supuestas certezas y se abrieron muchas
preguntas. Entendí que ese camino normativo del amor que se ha naturalizado en
nuestras vidas, es el opio cotidiano de las mujeres de donde el patriarcado
toma más fuerza. “Mientras ellos gobernaban, nosotras amábamos” afirmó
contundente Kate Millet.
Hoy Kate murió, no he encontrado detalles de
qué paso con especificidad, no sé si estuvo acompañada y tuvo tranquilidad, lo
que sí me queda claro al leer los muros de muchas compañeras es que nos deja en
asombro y con tristeza que se refleja en la lluvia de esta noche.
Gracias filósofa, gracias activista, gracias
compañera por tu claridad y por ser Kate Millet la que revuelve las entrañas y
nos cambia las vidas.