sábado, 11 de diciembre de 2010

PESTE REDUNDANCIA

Otra vez de la nada ociosa una de las entrañas que despedazan los pedacitos de verdad se dislocan. Este mundo mental es demasiado pequeño y no me da para ser libre, ¿es tarde? Seguramente los buenos deseos, las porras y los manuales dicen que no, que siempre es posible una nueva oportunidad. Pero lo que hoy es evidente es que mis ojos están muy cansados y ni siquiera puedo llorar, ni siquiera eso.


Tengo el gesto cuervo, la sombra amplia, el himen roto y no hay sangre en qué envolverse.

Creer es una apuesta sucia que ya no es suficiente. Sentir es un desborde que hace de mi casa un manojo de incienso que con cenizas que lo embarra todo, cualquier verbo es la antítesis de la basura, y no puedo llorar, no sale nada. ¡Qué asco!

Lo quise tanto, los amo tanto, la quiero aún y el tiempo de echar el vuelo se ha quedado corto, ya no sé como entonar sin pedir un trago, sin darle una bocanada a esa nostalgia que me monta y violenta…

Esta es una duodécima vez, un hash que otra vez se asoma como un sueño cogito ergo… no se sabe más, no sé y por favor…quiero saber.

Y así querido reflejo de dedos ansiosos - ahora vengo- voy a lamer esa maceta sucia a la que ya no le queda tierra pero si olores de gato en invierno. Sino regreso es porque he defecado otra vez.

No hay comentarios:

PROBADITAS DE CONTRA AMOR.

  Tiene mucho que no hablo de contra amor, y ya es urgente retomarlo en términos de la palabra escrita y hablada para compartir, ya que en l...