No tengo pretexto para estar sola
te apareces entre los parpados de los
desconocidos
en
sus vergas inhiestas
en
los manoseos del miedo
en
la ventana y su tristeza
que
escurre en el vello de su pubis.
Te
apareces y luego quieres ver lo que el silencio asoma.
Mejor
sigue con tus palabritas de poeta y sus buenos deseos.
Mejor
sigue cantando que me amas mientras te duermes entre sus brazos.
No
tengo pretexto para extrañarte
Tu
ausencia está aquí y esa, esa no abandona.
No
huye cuando tiene miedo,
no
huye ante uniformes blancos
ni
nuevos te quiero.
No
puedo apagarte, no dejo de escuchar a ese lugar común de la soledad acompañada.
Adiós,
voy a dormir contigo.
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