Tres
historias muy distintas, absolutamente dispares, pero que esta semana me han
dejado con reflexiones abiertas y muchos suspiros que aspiran a comprender un
poquito de los pliegues de los mundos.
En las primeras dos películas,
mujeres que tienes que lidiar con su contexto juvenil y militar respectivamente,
y que desde su narrativa sobreviven a la hostilidad de un mundo patriarcal que
siempre acecha. En la primera hay canibalismo, en la segunda una paradójica
amistad.
En “Voraz” (Grave/Raw,
2016) Justine no es depredadora prototípica, la compa directora Julia Ducournau
es cuidadosa y sobria. En Camp
X-Ray (Campo de Rayos X o Atrapada en Guantanamo,
2014), Peter Sattler, no nos muestra
a una Amy Cole sádica que termina como los “otros” (sus colegas) tratando al
semejante (¿será acaso un semejante?) como basura, e intenta todo el tiempo
(aunque no sé qué tanto lo haya logrado) salir del maniqueísmo melodramático.
Me
causan pasmo los escenarios: No es una escuela para estudiar veterinaria
sino otro reducto de violencia normalizada que se pone el traje de adaptación.
Tampoco es una cárcel sino un campo de concentración, además un infierno que nos deja muy clara la metáfora del mito del sisífo.
Rituales
de paso que te pretenden convertir a las mujeres en lo que un sistema quiere de
ellas. En ambos casos, ese intento fracasa.
En la primera hay sangre
(aunque no demasiada) y una excelente metáfora de iniciación sexual, en Camp un
ambiente de desolación que deja tristeza pegada en la piel.
Ambas mujeres buscan su
identidad: una de ellas se une de interesante forma con su hermana mayor, en la
otra, se establece una peculiar relación amistosa, que nos permite saber de la
alteridad en otra de sus tremendas formas.
Justin
le da fuerza a su momento, sus pelitos en las axilas, su frenesí, su ética, nos
coloca frente a una pieza compleja y estéticamente brillante.
Amy
Cole abandona la ronda de
vigilancia en el sentido del pasmoso rutinario y se atreve a mirar a Ali, no como un supuesto terrorista, no como el
malo, sino descubre a un humano que busca desesperadamente leer el último tomo
de la saga de Harry Potter.
“Voraz” (Grave/Raw)
y Camp X-Ray (Atrapada en Guantanamo), me ha permitido aprender, empatizar, me han
enseñado (otra vez) a indignarme.
No
hablaré por el momento de la tercera, “Guardianes de la Galaxia” seguramente
esto ya se hace a raudales, pero me ayudo en un viernes cansadisisimo a reír, a
saberme Groot y ahora también Mantís, a escuchar música que me encanta y
entender la fortaleza de la amistad, la importancia de
matar simbólicamente del padre y reconocer a nuestras madres.
Si quieren fortalecer su vida
de adentro, que enseña a mirar distinto su vida de afuera. Vean cine, vivan
cine.
DIANA MARINA NERI ARRIAGA.
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