domingo, 3 de marzo de 2013

La desesperación de una madre



La desesperación de una madre

Mi madre no me amamantó.          Y ella
habla de horror
Mi primer rechazo
la jugarreta de un molusco
que quiere regresar a la mamada del cordón

Comprendo entonces
las zanjas de hielo
la brasa de viento que me otorga
la palabra sucia
y su saliva
siempre empapelada.

Por eso ahora
para no perecer en alguna tierna desesperación
busco tetas
recurro a las henchidas turbulencias
a sus dulces de leche
o sus pepitas de nuez

Tetas gozosas
que retozan en mi rostro
que se acomodan en mi ombligo
o se ofrendan a mis tetas
en un buen apretón

Tetas mías     vuestras
de otras mujeres que aún amamantadas
quieren el calostro de mi vulva
o la tierra de mis ojos
o la asimetría de mis pezones sudados de amaranto
La erección permanente de tetas vivas
que hoy le dicen a su madre
gracias
  

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